Crítica cine

Memoria y olvido

Corren tiempos especialmente proclives al olvido, sobre todo en lo político, pero también en lo social, en el mundo de las relaciones humanas, que es nuestro día a día. Frecuentemente padecemos el síndrome de la memoria selectiva, o la amnesia de un pasado reciente, en su mayor parte por la incapacidad de satisfacernos por los momentos no vividos, cuando no por pura y simple desafección. Por eso cobra sentido y se hace necesaria una obra como ... Aquel Silverio, aunque ha de existir por muchas más razones. Lo que no tenemos claro es si es más recomendable para los profanos en la materia o para los entendidos.

De Silverio Franconetti sabemos que vivió entre los años 1823 y 1889. De lo poco que sabemos en cuanto a sus datos biográficos, es más que probable que tuviéramos que desechar una parte de la que no hubiese constancia a ciencia cierta. De lo justo que conocemos sobre los acaeceres de su vida y obra, probablemente deberíamos prescindir de algunos hechos sin certeza. "La mitad de la mitad", que se dice comúnmente. Desde este punto de vista, el espectáculo es casi más valioso por lo que sugiere que por lo que propone; más por lo que esconde que por lo que enseña.

'... Aquel Silverio' es un espectáculo más valioso más por lo que esconde que por lo que enseña

Olvidando más bien pronto la idea de un "resumen flamenco", ... Aquel Silverio se nos aparece como un caleidoscopio que aporta una inacabable glosa de incógnitas por resolver, estimulando totalmente la imaginación y los sentidos, como cuando vemos una vieja estampa de una bailaora en aquellos libros de mayor o menor valor académico, o uno de esos tapices arrumbados en las casas de nuestros antepasados, donde los motivos goyescos se difuminan con algunas escenas de corte oriental.

Asistimos a la estampa en movimiento de un nuevo género en estado embrionario, casi inexistente, en el ocaso del siglo XIX, cuando aún el intérprete prácticamente ni se vestía o acicalaba para bailar, aunque desde su origen estuvo eminentemente vinculado al colorido de la tauromaquia, por no decir que fundido casi en un mismo cuerpo. Aquellos inicios de convivencia entre las formas flamencas y el folklore andaluz, tuvieron como elementos básicos el baile folclórico, la danza clásica española, las jotas y la vertiente maña, bailaores que se cantan ellos mismos, la música de raíz en sentido amplio, la nostalgia del bandolerismo, el incipiente desarrollo de cantes hoy casi perdidos -o más bien desarrollados en su día desde una óptica diferente a la actual- como la serrana o el polo (brillante el beasino Sebastián Cruz), la caña a tres voces, o en nuestro caso, los cantares serranos y andevaleños. Los propios cantaores, deben contenerse -supongo- en su papel en la función para no interpretar conforme a los cánones establecidos en la actualidad, lo que sería, prácticamente, sucumbir a su mismo instinto natural.

Pero también hay otros fenómenos de orden y matiz cronológico que dan cuenta del maridaje referenciado. Recordemos, por ejemplo, la sugerente evocación de los sones del otro lado del Atlántico (el retorno de Franconetti), tal vez la primera gran fusión, vivida a orillas del Malecón, además de argumentos como el ruido de sables, la represión militar, o las revueltas liberales y la Primera República. Capítulo importante merece también la recuperación de los caracoles en su forma original y primitiva, confrontándola con la moderna, cuya entrada aporta visualmente mucho más sobre una época que algunos estudios: "Cómo reluce, la gran Calle de Alcalá, cuando suben y bajan los andaluces...".

Vivimos incluso una primera recesión del arte flamenco, de la que parece que emergió reforzado, en virtud de la exuberancia de los palos festeros, aunque según muchos originó esa vertiente musical callejera de la Bahía, degenerando por tanguillos del todo humorísticos.

Parece que resulta mucho más engrandecedor para la memoria y el recuerdo, que todas esas teleseries de época y sobremesa, donde se hacen pasar por comunes, por cierto, los diálogos más escandalosamente risibles.

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