Cultura

Márquez Villanueva opta al premio Príncipe de Asturias de Humanidades

  • El insigne cervantista sevillano, catedrático de literatura en la Universidad de Harvard, podría ver reconocido su compromiso intelectual con este galardón que se falla el próximo miércoles en Oviedo

Mientras escuchaba el ya célebre discurso de Barack Obama, en el que puso como ejemplo de tolerancia a la Córdoba y la Andalucía musulmanas, el embajador español en El Cairo, Antonio López Martínez, recordó inmediatamente las enseñanzas del profesor Francisco Márquez Villanueva. "La España posible de Paco Márquez es el mundo posible de Obama", escribió ese día en su cuaderno de notas este diplomático, uno de los intelectuales que ha apoyado la candidatura del catedrático nacido en Sevilla en 1931 al premio Príncipe de Asturias de la Comunicación y Humanidades 2009, que se fallará el próximo miércoles en Oviedo.

De fructificar esta iniciativa, Márquez Villanueva, director de la cátedra Arthur Kingsley Porter de la Universidad de Harvard y uno de los cervantistas más prestigioso del mundo, inscribiría su nombre en una lista de galardonados que incluye a pensadores ejemplares como Umberto Eco, Jean Daniel o los recordados Ryszard Kapuscinski y José Luis López Aranguren.

La presentación de su candidatura ha partido de las Universidades de Harvard y Montreal, donde Márquez Villanueva está considerado como uno de los herederos intelectuales de Américo Castro. Rápidamente se han sumado la Universidad de Sevilla, a través de profesores tan señeros como los catedráticos de literatura y latín Pedro Piñero y Juan Gil; así como numerosas instituciones y personalidades, entre las que no falta el embajador de España ante Naciones Unidas, el también sevillano Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, quien ha llamado la atención sobre la sintonía entre el nuevo rumbo internacional anunciado por Obama y la actitud integradora asumida por este estudioso.

Cuantos se han adherido a la candidatura subrayan el compromiso intelectual de un investigador que ha arrojado luz sobre las aportaciones judías y árabes al factor hispano. Admirado por escritores como Juan Goytisolo y por una generación de investigadores europeos que reivindica su magisterio indiscutible y su lectura de Al-Andalus a beneficio de Europa, Márquez Villanueva ha consagrado su vida al estudio de la literatura española del siglo de Oro. A sus reveladores ensayos sobre la condición conversa de autores como Cervantes y Fray Luis de León se une, en los últimos años, una especial dedicación a la historia de los moriscos. Un asunto que abordó en su conferencia inaugural del Congreso Internacional celebrado recientemente en Granada en el cuarto centenario de aquel éxodo.

En 2004, este profesor que se doctoró e inició su docencia en la Universidad hispalense fue reconocido como Hijo Predilecto de Andalucía. La Junta destacó entonces el contacto "constante y fructífero" con Sevilla de quien había desarrollado la mayor parte de su trabajo en América, y "su valor como símbolo de la Andalucía cultivada". Francisco Márquez Villanueva abandonó España en 1959 al ser amenazado de expulsión por el entonces rector de la Hispalense, que le represalió por su independencia académica. Tras trasladarse a Norteamérica, ha sido profesor en Canadá y Estados Unidos, donde reside desde entonces. Nunca ha podido ocupar una plaza de profesor titular en las Universidades españolas y por ello muchos profesores y catedráticos le consideran "el último gran exiliado español".

Esta candidatura coincide en el tiempo con una mayor presencia de Márquez Villanueva en los seminarios españoles y también en las editoriales (en Barcelona, con Bellaterra, aparecerá en breve su estudio sobre los moriscos y turcos en la literatura cervantina); es como si él, vitalmente, hubiera decidido ya volver a España.

Si lograra este premio Príncipe de Asturias -cuyo presidente del jurado suele ser otro andaluz universal, el catedrático de Derecho Mercantil Manuel Olivencia- el galardón serviría como llamada de advertencia para todas aquellas academias que, en su ciudad natal, nunca han reparado en la carencia en sus filas de Márquez Villanueva, perpetuando la condición de exiliado cultural que tuvo que asumir en la España de la década de los 50. Ausente de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (injusticia flagrante que comparte con pintores sevillanos de la talla de Luis Gordillo y Carmen Laffón), carece igualmente de la Medalla de la Universidad Hispalense (de la que ni siquiera es Doctor Honoris Causa) y en la Academia sevillana de Buenas Letras tiene sólo la condición de académico correspondiente. En el extranjero, sin embargo, es miembro distinguido de diversas academias, consejos de edición y asociaciones profesionales. En Nueva York, lo es también de honor de la Hispanic Society of America.

El próximo martes comenzará a deliberar el jurado que ha de decidir quién es el sucesor del buscador Google (galardonado en 2008 "por favorecer el acceso generalizado al conocimiento"). 20 candidaturas de 12 nacionalidades optan a este premio de Comunicación y Humanidades. Si lo logra, Márquez Villanueva sería el segundo antiguo alumno del colegio San Francisco de Paula con esta distinción, tras ganar el catedrático de Bioquímica Manuel Losada Villasante, en 1995, el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.

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