Cultura

Magia y hechicería

Multicines La Dehesa Islantilla, CineBox Aqualon Puerto Huelva, Cine Vip Lepe. El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Ayamonte y Punta Umbría.- T.O.: 'The sorcerer´s apprentice'.- Producción: Estados Unidos, 2010.- Duración: 108 minutos.- Dirección: Jon Turteltaub.- Guión: Matt López, Lawrence Konner y Mark Rosenthal.- Fotografía: Bojan Bazzelli.- Música: Trevor Rabin.- Montaje: William Goldenberg.- Intérpretes: Nicolas Cage, Jay Baruchel, Alfred Molina, Monica Bellucci, Toby Kebbell, Teresa Palmer, Jake Cherry, Alice Maud Krige, Omar Benson

Para quienes recuerden o hayan tenido la oportunidad de ver la inolvidable Fantasía (1940), una pieza maestra de animación de la escuela de Walt Disney, evocarán con placer uno de sus capítulos más hermosos, lleno de agudeza visual y expresiva, El aprendiz de brujo, basado en la espléndida composición de Paul Dukas. En ella parecen haberse inspirado el director Jon Turteltaub y el prolífico y afortunado productor Jerry Bruckheimer, que multiplica a diario sus éxitos tanto en el cine como en la series de televisión. Nos devuelven ambos a un género especialmente prolífico en el cine que desde El mago de Oz (1939), como título más celebrado, hasta hoy, ha dado diversas muestras de su versatilidad a la fantasía inconmensurable de la gran pantalla.

El protagonista de El aprendiz de brujo es Balthazar, maestro hechicero que vive en el Manhattan neoyorkino de nuestros días. Es uno de los tres discípulos de Merlín, que lleva tres siglos tratando de encontrar al heredero del gran nigromante, el Perfecto Merliniano, al mismo tiempo que intenta defender a la gran metrópoli de su máximo enemigo Maxim Horvath. Pero sólo se ve incapaz de hacerlo. Para ello al fin cuenta con Dave Stutler, un joven universitario en quien ve a su sucesor y le adiestra en los más arcanos secretos de la brujería. Su intención es que su enemigo Hovarth no pueda resucitar a la pérfida Morgana y con los cómplices más feroces y crueles a su servicio amenace al mundo entero hacia su destrucción. Dave pondrá junto a su maestro todo su empeño en asimilar las reglas como dilecto aprendiz de brujo.

El cuadro, sin perder de vista su inspiración original, no es muy distinto de ese cine de fantasía y aventuras mágicas que el Séptimo Arte ha prodigado desde hace mucho tiempo y que últimamente abunda en las más diversas aventuras, entrañando en esta rivalidad entre magos un clima intenso de intriga y hechicería. Así la propuesta que nos traslada a la balada Der Zauberlehrling creada por Goethe en 1797, que dio lugar después a la fantasía sinfónica de Paul Dukas y a la fascinante animación de la danza de las escobas recreada por Disney, que por cierto, tiene una no muy afortunada pantomima en la película que hoy nos ocupa, sirve, sin embargo, para mostrarnos las cualidades histriónicas de dos actores muy apropiados para farsas como la dirigida por Jon Turteltaub, de quien recuerdo ahora mismo su película Instinto (1999), un interesante tema cuyos elementos no fueron suficientemente aprovechados.

Los dos actores a los que me refiero son el prolífico Nicolas Cage, gran figura del thriller actual, y Alfred Molina, capaz de una gran variedad de registros y que aquí una vez más adopta el aire de malvado de turno, que no tiene muchas dificultades para convertirse en gran divo de este pretexto fantástico. Son elementos primordiales en la evaluación del film, atractivo desde ese punto interpretativo y también en su estimación técnica. De modo que la aventura funciona en cuanto a que entretiene, divierte y trata de invocar un positivo mensaje, entre una desbordante acción y las aportaciones digitales imprescindibles para que no decaiga el espectáculo.

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