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Identidad sexual en 16 metros

  • El pintor onubense Manuel Antonio Domínguez presenta en Madrid la muestra 'La relación estable'

  • Un dibujo mural panorámico preside la sala

Identidad sexual en 16 metros

Identidad sexual en 16 metros / Fragmento del mural del pintor onubense Manuel Antonio Domínguez para <I>La relación estable</I>.

Al pintor onubense Manuel Antonio Domínguez siempre le ha perseguido la idea de la construcción de género, cómo la vida de hombres y mujeres se transforma, superan etiquetas heredadas y cómo las relaciones se han ido transformado. De ahí la muestra que acaba de inaugurar en Madrid, La relación estable.

La exposición es fruto de un largo proyecto del artista para el Museo ABC de Madrid, dentro del programa Conexiones, que este año cumple 13 años, en su camino de apoyo al arte contemporáneo y con Domínguez como protagonista. El pintor ha preparado como pieza central de su propuesta un dibujo de dieciséis metros, al que suman otras pequeñas piezas, una instalación de suelo y un vídeo.

La pieza estrella de la muestra de Manuel Antonio Domínguez (Villablanca, 1976) es un bello mural con un entramado conceptual de historias hechas con dibujos realistas pintados con acuarelas y gouache para definir los modelos establecidos sobre lo masculino.

Y para construir este discurso sobre lo masculino, este pintor que es todo un símbolo, experto en el dibujo, ha tomado como referentes dos cerámicos de Alcora del siglo XVIII procedentes de la colección Santander y dos ilustraciones para portadas de la revista Blanco y Negro de los años 30 de la colección Santander. Referencias que van cambiando cada año y que exige Conexiones.

"Una propuesta que habla de la construcción masculina desde muchos aspecto que todos tienen que ver con la identidad, con lo femenino y lo masculino en un momento en el que se habla de cosas como la androginia, la transexualidad, el transformismo, la masculinidad de la mujer o la feminidad del hombre...", explica el villablanquero.

Temas que le preocupan a Domínguez porque está muy pegado a su presente y que "tiene mucho que ver con el momento que estamos viviendo -dice- en el que las relaciones son líquidas, que lo mismo aparecen que se van, como si fuera una app del teléfono. Con todo esto hablar de equilibro me parecía interesante", añade.

Estos asuntos Domínguez los aborda de una manera muy teatral, simbólica y amable, con dibujos preciosistas y colores muy sutiles.

La mujer también tiene presencia en esta propuesta, y "con un gran poder simbólico", asegura este artista, para el que la mujer es "el futuro" en la pintura.

"A lo largo de la historia en el mundo del arte y el de la pintura, que es un mundo muy precario, las mujeres han tenido muchas más dificultades que los hombres; solo hay que ver, como ejemplo, que el Museo Prado ha hecho este año la primera exposición de una mujer (Clara Peeters)", argumenta.

"Sin embargo, las mujeres que llegan son buenísimas, y eso se ve cada año en Arco; hay muchos más hombres exponiendo frente a muy pocas mujeres, pero éstas, aunque pocas, tienen una obra mucho más interesante", concluye el onubense.

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