No habían pasado más de 60 años del fabuloso hallazgo de Colón y los marinos de Huelva, cuando las noticias de tropelías cometidas en ultramar circulaban ya por la España peninsular. Fray Bartolomé de las Casas publicó en 1552 Brevísima relación de la destruición de las Indias, un libro de carácter documental que pretendía ser un informe para la Corona con el detalle impúdico de esos abusos y una llamada al orden para erradicarlos. No fue la primera denuncia de este tipo pero algunos investigadores le atribuyen el valor de ser "el primer informe moderno sobre derechos humanos". Realmente fue el que más recorrido tuvo, aunque en la actualidad son generalizadas las dudas sobre la veracidad e intencionalidad de su contenido. Holandeses, muy especialmente, e ingleses, y también franceses, utilizaron este texto en años sucesivos, también en los siglos XVII y XVIII, como arma política contra el dominio hispano. Fue una baza de peso para propagar por toda Europa la famosa leyenda negra que trataba de minar el reinado de Felipe II.

Pero más allá de la polémica generada, aún hoy, esta obra tiene, por sí sola, cualidades que la destacan como uno de los textos fundamentales del español en el nuevo escenario mundial. En sus páginas son abundantes, y sobresalientes, las descripciones de todos los territorios explorados esos años a lo largo del continente, de sus habitantes originarios, "ovejas mansas", y de sus nuevos ocupantes, llegados "como lobos y tigres y leones crudelísimos de muchos días hambrientos", que no hicieron más que "despedazallas, matallas, angustiallas, afligillas, atormentallas y destruillas por las entrañas".

La Brevísima historia del fraile dominico es protagonista mañana en Huelva de la tercera lectura del ciclo La lengua navega a América, tras Diario de a bordo, de Cristóbal Colón, e Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo. La excelente selección realizada por el académico onubense José Luis Gómez cobra más sentido por dar un paso más en las consecuencias del incipiente colonialismo hispano al otro lado del Atlántico.

El actor Carlos Hipólito pondrá voz a esas profusas descripciones, entusiastas con los nativos americanos, implacables con los conquistadores y muy explícitas en los reiterados episodios de tortura y crueldad gratuita. Está convencido Hipólito que en ello reside la enorme fuerza de la narración, pese a su escasa aspiración literaria, frente al interés de remover conciencias reales.

Fray Bartolomé de las Casas fue uno de los religiosos más influyentes de su época y tuvo un papel muy relevante en la expansión americana a través de sus escritos. Ya se vio en el arranque del ciclo que su intervención fue determinante también para que se conservara el relato de Colón en su primer viaje al continente. Aunque esa personal revisión del Diario de a bordo, desaparecido el original, es tomada también como un más que probable sesgo de los hechos reales por Las Casas.

El académico Santiago Muñoz Machado ha sido el encargado de escribir las líneas introductorias de la lectura que realizará Carlos Hipólito. Y es en éstas en las que también hablará de una posible adulteración de la realidad de la "destruición" referida en el escrito del fraile, y el riesgo de concederle la certeza absoluta.

Tiene más valor este análisis del documento de la Corte del XVI viniendo de uno de los juristas más relevantes y respetados del país, al que esta misma consideración le impedirá finalmente participar en persona en las lecturas de esta semana por compromisos ineludibles. Será por ello el creador del ciclo, José Luis Gómez, director de estas "lecturas en vida", quien traslade en voz alta las reflexiones de Muñoz Machado sobre la Brevísima y Las Casas.

Todos los elementos apuntan a un resultado sobresaliente en esta tercera entrega en Las Cocheras del Puerto. El gran éxito de Mario Gas y José María Merino la semana pasada confirmaron el acierto del ciclo de la Diputación de Huelva por el 525 Aniversario del Encuentro entre Dos Mundos, con el auspicio de la Real Academia Española y el patrocinio del Puerto de Huelva, de la Fundación Atlantic Copper, la Fundación Caja Rural del Sur y la Fundación Cajasol.