Cine

Hollywood supera el efecto 11-S y propone comedias políticamente incorrectas

  • Más de seis años después de los atentados, Hollywood ha logrado romper los tabúes y estrena cinco películas que tocan en clave de comedia la tragedia que vivió el país.

Durante los últimos seis meses, los espectadores han visto cómo pasaban por la cartelera cintas sobre el tema tan solemnes como Leones por corderos, de Robert Redford; Un corazón invencible, de Michael Winterbottom, o Redacted, de Brian de Palma.

Ahora, la industria estadounidense apuesta por darle la vuelta a la tortilla y añadir gotas de humor a un tema tan trascendental, aunque el resultado deje obras que posiblemente aspiren a los Razzies (los anti-Oscar) del próximo año. No obstante, la duda que a cualquiera le sobreviene es: ¿está el público preparado para ver cintas así?

Por el momento, la respuesta es negativa. El pasado fin de semana llegó a los cines, de forma limitada, el documental Where in the World is Osama bin Laden?, de Morgan Spurlock (Super Size Me), que apenas recaudó 143.299 dólares (89.643 euros) en las 102 salas donde se exhibió. Se trata de una crónica a través de Marruecos, Israel, Egipto, Arabia Saudí, Afganistán y Pakistán en la que Spurlock sigue el rastro por Oriente Próximo del terrorista, considerado el cerebro de los atentados del 11-S.

También llegó, de manera aún más humilde, Zombie Strippers, una comedia repleta de gore protagonizada por la ex estrella del porno Jenna Jameson, que tuvo la suerte de exhibirse en cines poco antes de su salida en DVD, aunque ni llegó a entrar entre las 50 películas más vistas del fin de semana. En la cinta, científicos estadounidenses logran crear un nuevo virus que revive a los soldados fallecidos en Iraq y, convertidos en zombies, prosiguen su lucha.

Otros dos estrenos que se prevén lleguen a las salas sin demasiada repercusión serán los de War, Inc., co-escrita y protagonizada por John Cusack, y Postal, del alemán Uwe Boll, en los cines a partir del 23 de mayo, según él, para plantar cara en la taquilla a la cuarta entrega de Indiana Jones, que se estrena un día antes.

Postal comienza con una representación del secuestro de los aviones del 11-S en la que los terroristas comentan el paraíso que les aguarda después de llevar con éxito su misión. Después, un comando se enfrentará a Ben Laden en "una épica batalla que determinará el destino del mundo", según vende el realizador el filme.

Lo surrealista de la propuesta de Boll encuentra su explicación en que, al menos, proviene de una financiación independiente, pero otros filmes, como el estreno de la próxima semana en EEUU Harold & Kumar: Escape from Guantanamo Bay, son producidos por grandes estudios, en este caso por New Line y Warner Bros. La historia relata el viaje de dos amigos a Amsterdam antes de sufrir un percance con la seguridad del aeropuerto que acaba con sus huesos en la cárcel. A pesar de ello, logran escapar y ya siendo fugitivos del Departamento de Seguridad Nacional, llegan a Texas y se encuentran con el presidente de EEUU, George W. Bush.

"No creemos que la cárcel de Guantánamo sea una broma", sostuvo Njambi Good, de Amnistía Internacional en EEUU, en declaraciones a la edición digital del rotativo Politico. El grupo de derechos humanos pretende, a través de sus miembros, distribuir panfletos a las puertas de las salas sobre la tortura en casos reales.

Hollywood ya ha comprobado que las películas que tratan el conflicto desde la seriedad, como World Trade Center (Oliver Stone, 2006) o United 93 (Paul Greengrass, 2006), han tenido una tibia acogida en taquilla, así que ahora prueba a través de una óptica más absurda y delirante.

"No creo que se haya hecho una sátira o una película tan extraña y febril como ésta", dijo Cusack en alusión a War, Inc. "No es deprimente, pero es provocativa. Y su idiotez hace que sea más llevadera".

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