Antonia Pérez Ponce destacó en su época, en una población con analfabetismo generalizado fuera de las élites sociales, sobre todo entre la mujer y en una ciudad pequeña como Huelva. Llegó a estar en la cárcel unos meses por enseñar a leer y escribir a sus vecinas de la calle San Francisco. A ellas las deleitaba también con su violín, en un patio de vecinos que le mostró su gratitud, admiración y respeto. La llamaban La Dama Culta, y aunque no llegó a conocerla, Manuel Jesús Soriano Pinzón quedó atrapado desde su infancia por aquellas historias que oía a su madre de quien fue su abuela. Seguramente fue esa fascinación la que alimentó su mente y le hizo convertirse en escritor. Y en autor de una novela que, con el mismo nombre, es de las que más éxito le ha reportado. Tenía claro que cuando lograra el sueño de una librería propia, llevaría ese mismo apelativo de su abuela, con orgullo y devoción de nieto.

Hace apenas un año y medio que abrió sus puertas, en pleno centro de la capital, y desde el principio tiene mucho del espíritu de Antonia Pérez Ponce. Se unen en este pequeño local un profundo amor por los libros, el deseo de fomentar la lectura entre todos los públicos y, más aún, de ser plataforma de promoción de autores.

Sólo un año y medio ha bastado para que se convierta en referente de librería tradicionalPresentaciones y lecturas, charlas, música en directo... todo cabe entre libros

Mucho tiene que ver esa voluntad de abrir las puertas a todos con la propia condición de escritor del propietario, autor de populares novelas cuyo éxito le ha permitido vincular su pasión y afición a algo tan prosaico como el salario que lleva a casa cada mes. Sabe de las dificultades de abrirse paso cuando la escritura pretende ser vía de salida del yo interior, porque a él mismo le habría facilitado mucho tener acceso a un trampolín desde el que dar impulso a nuevos autores, con modestas propuestas, ajenas a la industria nacional, pero con gran potencial para conectar directamente con los intereses que hay en la calle.

Es la apuesta que hace por las distancias cortas, por el contacto directo con los lectores, que han encontrado en Huelva una acogedora transposición del salón de casa, una confortable sensación hogareña en el sofá que hay en el centro de la librería, como corazón latente que es, abierto a arrullar a quien entre por la puerta dispuesto a buscar cobijo en las historias que le esperan en los libros.

Siempre supo Soriano Pinzón que ésta era la librería que quería, por encima de una simplista idea de negocio. En un mundo cada vez más globalizado, movido en las redes, pocos son los comercios especializados que siguen apostando por el papel fuera del circuito de grandes cadenas de distribución. Pero aquí se distingue entre vendedores de libros y libreros. Entre quienes acumulan en los anaqueles artículos de consumo y quienes guardan seres con alma alimentada por cientos de personajes y un autor. Y es ese mimo por los libros el que transmite a sus clientes La Dama Culta, que se erige en fuente de la que mana un caudal literario de novedades sin fin, del que el mismo propietario y dependiente único, apasionado lector, conoce a conciencia para que siempre pueda responder por igual al voraz apetito de los habituales y a la motivación perdida de lectores extraviados.

En año y medio, cuenta, más de 300 actos ha acogido el pequeño establecimiento. Presentaciones de libros, la mayoría; también lecturas poéticas, charlas, conciertos en formato reducido… Hay un anhelo integrador en la librería, extensión para cualquier disciplina intelectual y artística, pura vocación de centro cultural sin límites, con próxima ampliación para exposiciones, desde un sofá que ensancha los límites físicos de las paredes.

De eso sabe bien quien es también agitador en espacios virtuales, con miles de seguidores en redes sociales, desde donde se extiende el influjo diario e insistente de La Dama Culta. En ello es también Manuel Jesús Soriano orgulloso promotor de la producción literaria onubense, para la que reserva un apartado destacado con autores, editoriales y temas locales, de los que se ha convertido en inevitable referencia, y que suponen, asegura, casi tres cuartas partes de sus ventas.

Por igual han pasado por allí escritores primerizos con autoediciones, locales y foráneos, quetambién nombres consagrados de la literatura nacional con los sellos más poderosos. Todos quieren conocer esa librería de la que han oído hablar en todo el país y sentarse en su sofá. Es el símbolo de una librería que es mucho más que un establecimiento. Es realmente el espíritu entrañable y generoso de la abuela Antonia, que está más presente que nunca en el universo infinito de su nieto.