Crítica cine

Falsos paraísos

Todo incluido. CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: 'Couples retreat'.- Producción: Estados Unidos, 2009.- Duración: 113 minutos.- Dirección: Peter Billingsley- Guión: Vince Vaughn, Jon Favreu y Dan Fox- Fotografía: Eric Edwards.- Música: A. R. Rahman supervisada por John O´Brien.- Montaje: Dan Lebental.- Intérpretes: Vince Vaughn, Jason Bateman, Jon Favreau, Faizon Love, Kristin Davis, Malin Akerman, Kristen Bell, Kali Hawk, Jean Reno, Carlos Ponce

Afirmaba el autor mallorquín Llorenç Villalonga (1897-1980), autor de Bearn, o la sala de las muñecas, que llevó al cine Jaime Chávarri en 1983, que "los mejores paraísos son los paraísos perdidos". Aquí en Huelva sabemos mucho de ello. Quizás, la cita sea excesiva a la hora de enjuiciar la película que hoy nos ocupa, que intenta demostrarnos como aquellos edenes que nosotros soñamos y con los que nos ilusionamos, en la realidad no lo son tanto. Viene a cuento con respecto a esta especie de comedia romántica que no tiene mucho de amores y menos de mensajes risueños precisamente.

Tenemos a cuatro parejas que viajan a una isla paradisíaca para tratar de hacer realidad el sueño de su vida. Un periplo donde todo está incluido: alojamiento, excursiones, etc. Una de estas parejas está en crisis, tiene problemas y espera poder solucionarlos en estas vacaciones, mientra que las otras tres lo único a lo que aspiran es a pasárselo bien, divertirse cuanto puedan y disfrutar a tope. El hotel les brinda una terapia de grupo que no es opcional y que entra en la oferta de grupo. Con lo cual todos los clientes del centro turístico están obligados a participar en esa terapia que no es tan placentera como se supone. Está a cargo de un famoso gurú, Monsieur Marcel. Y no hay alternativa: o todos intervienen o ninguno y de lo contrario, a la calle. Las parejas empiezan a saber que lo que se prometía tan feliz no es tanto. Ni mucho menos. Lo cual afectará a sus propias relaciones.

Cualquier cosa puede tener la apariencia de una comedia romántica, si bien, como es el caso, más de uno piense que estamos ante un pretexto de los artífices de esta película para pasarse unos días felices en la Polinesia Francesa, donde transcurren los acontecimientos que en la película se nos cuentan. Sí, si hemos detener en cuenta que el invento se debe a dos de los actores, Jon Favreau, guionista de Swingers (1996), de Doug Liman, y Vince Vaughn, uno de los cómicos más populares (protagonista de esta película y también de Separados (2006), de Peyton Reed, un film para olvidar), éste, además, como productor, todos se conducen de una manera un tanto automática de manos de un director, Peter Billingsley, del que muy pronto advertimos su ineptitud, como se demuestra en secuencias francamente deplorables. Ante tales evidencias llegamos a pensar en lo que suelen escribir nuestros críticos del carnaval juzgando las nefastas actuaciones de algunos participantes en las noches del Gran Teatro: irse directamente a un juzgado de guardia.

Salvadas las distancias estamos ante esos elementos más que manidos, francamente abusivos en el género, tan destartalado últimamente y tan venido a menos como es la comedia romántica, Todo incluido, sería uno de esos ejemplos menos recomendables para cualquier voluntarista admirador de la comedia a cualquier precio. Pero como últimamente, suele ocurrir también en otros aspectos del cine actual, todo parece valer. Este tipo de muestras de falta de talento y torpeza evidentes, forman parte de un cine a la medida de las apetencias evasivas de muchos espectadores, con tal de pasar un rato divertido. Dudo que aquí lo consigan a pesar de su conformismo.

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