Cultura

Conflicto familiar

Cine Box Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: 'A few best men'.- Producción: Australia y Reino Unido, 2011.- Duración: 98 minutos.- Dirección: Stephan Elliott.- Guión: Dean Craig.- Fotografía: Stephen Windon.- Música: Guy Gross.- Montaje: Sue Blainey.- Intérpretes: Xavier Samuel, Kris Marshall, Rebel Wilson, Olivia Newton-John, Kevin Bishop, Elizabeth Debicki, Laura Brent, Tim Draxl

La mejor propaganda de esta película ha consistido en airear a los cuatro vientos que sus artífices son los creadores de Un funeral de muerte (2007), de Frank Oz, una de las películas que más nos han hecho reír en los últimos tiempos. La clásica comedia negra que nos retrotraía de alguna manera a los tiempos de la celebérrima Ealing, la productora británica que tras la II Guerra Mundial, cultivó asiduamente este tipo de comedia, con memorables ejemplos como Ocho sentencias de muerte (1949), de Robert Hamer; El hombre del traje blanco (1951), de Alexander Mackendrick; Oro en barras (1951), de Charles Crichton, y la estrella de la corona: El quinteto de la muerte (1955), también de Mackendrick. Toda una panoplia realmente inolvidable.

Con el título original A few best men, literalmente Unos cuantos padrinos, hábilmente cambiado en España, ahora la acción nos traslada a Australia adonde llega David para casarse con el amor de su vida, Mía, hija de una familia bien acomodada. Los tres padrinos de David son sus mejores amigos: un hipocondríaco, un pasota y el tercero al que la novia ha abandonado. Van a proporcionar nuevos matices a la frase habitual del enlace matrimonial: "en la vida y en la muerte". La boda se convierte en un desastre como consecuencia de los que podríamos llamar un conflicto de culturas entre los amigos del novio y los familiares de la novia.

Digamos en principio que la película no llega a la agudeza de Un funeral de muerte, mucho más afortunada en sus intenciones satíricas y en sus hallazgos cómicos. Imitando un tanto al tipo de comedias gamberras de Hollywood, nos brinda una grotesca mezcla entre el vodevil de origen británico y la excentricidad que abunda en las confusiones, las manidas entradas y salidas, los personajes caricaturescos, las situaciones previsibles, los excesos y un gusto más que discutible no exento de la escatología que ya parece inevitable en este tipo de farsas.

En esta suerte de bromas a costa de noviazgos, bodas y funerales hay hasta afinidades bastante notables y significativas. Si en Despedida de soltero (1984) era un burro lo que se utilizaba, aquí es un carnero con escenas muy destacadas. Pero en todo caso sigue las pautas de la comedia descerebrada que ya conocemos, apartándose del habitual puritanismo y conservadurismo de este tipo de comedias al estilo Hollywood. Con todo el director Stephan Elliott ha sido fiel a sus pretensiones de divertir al espectador al que, además, ofrece una acertada realización en la fotografía y el montaje, incluyendo la música bastante notable a lo largo de su puesta en escena. Con la adecuada interpretación en la que destaca Olivia Newton John, realmente sorprendente. En suma una película de asegurada diversión.

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