Cultura

"Camera Café' ha logrado que venga gente a ver a Benito hacer teatro clásico"

  • El Festival Castillo de Niebla levanta esta noche (22:30) el telón para recibir sobre su escenario La estrella de Sevilla, obra atribuida a Lope de Vega y representada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico

-El leitmotiv de La estrella de Sevilla la hace ser muy actual, aunque se trate de un clásico.

-Claro, porque habla de temas como el abuso de poder. Hay una parte que me interesa mucho de mi personaje (el Rey Sancho IV) y es lo que se llama el síndrome mesiánico: el tipo que llega al poder deja automáticamente de creer en la gente que lo ha apoyado, la gente deja también de confiar en él y actúa deliberadamente y, a veces, de forma déspota y absolutista.

-¿Qué otros atractivos presenta esta función?

-La reunión de los condicionantes más claros del teatro clásico del Barroco: el poder, el amor y el honor. Es una historia donde, de repente, a un tipo (Sancho Ortiz) se le presenta el debate y debe elegir entre hacerle caso al Rey o seguir su instinto, que es el amor que siente por Estrella. Así se presenta una historia un poco culebronesca, pero que a todos se nos ha planteado en la vida cotidiana: qué hago, ¿me encaro al jefe porque estoy saliendo con la churri de la empresa, o no decimos nada y aquí no ha pasado nada?. Es lo apasionante del clásico, que es algo muy redicho y típico, pero universal.

-La interpretación es la base de este montaje, sin artificios.

-Es algo de lo que podemos presumir. Hay mucho trabajo detrás, porque logramos hacer del verso un instrumento para contar verdad. Si hay algo contado con el corazón, con sinceridad, el público, sea más docto o menos, irá a ver la obra. Quiero destacar que desde que la obra empieza hasta que acaba, estamos todos los actores en escena, actuando o sentados viendo a nuestros compañeros hacerlo. Somos espectadores de nuestra función y hay que mantener el personaje durante todo el espectáculo.

-Y esta noche podremos disfrutar de todo eso en Niebla.

-Ésta es, como Elche o Almagro, la prueba de fuego del espectáculo. En este espacio, donde habrá tanto público, despierta mi curiosidad por vivir sensaciones. Me encanta currar en el Castillo de Niebla y quiero ver cómo el público participa en esta movida, sobre todo la gente joven, que se ha acercado de una forma activa a esta función.

-¿También ayuda el hecho de que le conozcan de la televisión?

-Obviamente, aunque yo llevo toda la vida haciendo teatro y la tele apareció en mi vida hace cuatro años. Mi pulso, mi pasión como actor, es el teatro clásico.

-¿Qué es lo que más le ha costado al meterse en la piel de Sancho IV?

-Soy un tipo que trabajo mucho en casa y tal vez a esta función sea a la que más tiempo le he dedicado. En primer lugar porque el precedente está en Juan Ribó y he procurado no copiarlo, darle mi sello. Eso sí, quizás el haber estado a la misma vez grabando la serie Acusados, ensayando Camera Café y La Estrella de Sevilla, me ha dado muchas perspectivas para saber desde dónde abordar el personaje, desde la comedia, el drama, el melodrama… Posiblemente es la función en la que mejor me lo paso actuando, y eso que llevo 20 años en esto y ocho de ellos haciendo clásico.

-La clave está en transformar en sencillo lo complejo, entiendo.

-Así es. He querido jugar a algo muy normal, sin necesidad de hacer locuras para explicar al público que éste se carga a su padre, Alfonso X El Sabio, se queda con el poder y manda a la mierda todo lo que había hecho su viejo. En la función es un mujeriego, va a por las tías en plan "vamos a hincharnos a follar aquí y a pasar de todo" y al final todo le sale mal. Me apetecía hacer un tipo muy humano, cotidiano. Poco a poco voy desarrollando mi estilo, que se basa en la credibilidad del público.

-¿Es fácil mantener la cordura cuando uno comparte su vida con la de tres personajes más, éste Rey, Benito en Camera Café y Diego Luque en Acusados?

-Nada fácil. Empecé en septiembre de 2008 a grabar Acusados, luego vino la grabación de la cuarta temporada de Camera y en noviembre empecé a ensayar La Estrella. Literalmente, no he dormido. Sólo una o dos horas diarias durante muchos meses y me daba tiempo a llegar a casa, decir hola y volver a irme. Como entrenamiento es fantástico, pero ahora necesito unas vacaciones. Es algo que probablemente no vuelva a hacer.

-¿Qué le ha aportado el personaje del seguridad de Camera Café?

-Benito ha supuesto mi entrada en la tele, aunque ya había hecho algo episódico en Aquí no hay quién viva y Hospital Central. Me ha permitido conocer a gente fantástica, tener popularidad que me ha abierto ciertas puertas y, algo muy importante, que ha logrado que venga gente al teatro a ver a Benito hacer otra cosa, pagar una entrada por verme hacer teatro clásico. Eso es muy gratificante.

-Dice que es culo de mal asiento.

-Mucho. No me gusta que me encasillen y si algo es muy repetitivo, prefiero no hacerlo. Prefiero pasar una temporada sin hacer nada para reconvertirme en otras cosas. A mí entrar en el mundo del funcionariado no me va, porque si no sería funcionario, probablemente, o biólogo, como la Obregón (risas), que era para lo que yo iba. Pero decidí dejarlo por el teatro.

-Sueños por cumplir...

-Laborales, muchísimos. Me gustaría llegar a los 80 años y quedarme en medio de una función. Los sueños que más me gustaría que se cumplieran es trabajar con mis referentes, con la gente que ha motivado que yo esté aquí.

-Conoce bien Huelva.

-Pues sí, he estado cuatro veces en el Festival de Niebla y hace dos años me vine de vacaciones aquí, estuve en la capital, en Punta Umbría, Islantilla, Isla Cristina… Yo soy Cartagenero y Huelva está aquí (señala con su mano izquierda) y Cartagena aquí (lo hace ahora con la derecha, uniendo ambas tierras en una línea imaginaria) y hay un efecto antípoda que me mola mucho, porque son dos tierras muy parecidas. Creo que vengo más a Huelva que a Cartagena.

LA ESTRELLA DE SEVILLA. Castillo de Niebla, 22.30 horas. Duración: 93 minutos. Dirección: Eduardo Vasco. Autor: Atribuida a Lope de Vega. Adaptación: Eduardo Vasco Intérpretes: Daniel Albaladejo, José Vicente Ramos, José Ramón Iglesias, Francisco Rojas, Mon Ceballos, Jesús Calvo, Arturo Querejeta, Jaime Soler, Muriel Sánchez, Paco Vila, Eva Trancón, Fernando Sendino, Jesús Hierónides, Ángel Ramón Jiménez. Escenografía: Carolina González. Iluminación: Miguel Ángel Camacho. Vestuario: Lorenzo Caprile, Sinopsis: Sancho el Bravo llega a Sevilla, donde hay un cabildo fuerte que pacta con el rey: la nobleza de la ciudad le permite gobernar mientras éste no dañe a la ciudad, esto es, a la justicia, al honor. Se asiste a la historia de un gobernante sobrado que comete un error y para subsanarlo manipula, asesina y no respeta ni su propia ley.

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