Cultura

Bobote, familia y agregados en Triana

  • El todoterreno del flamenco presenta esta noche 'Boboterías', un tributo sin esquemas

"Yo no sé lo que va a pasar mañana", sentencia José Jiménez Santiago Bobote, con esa voz de crooner jondo. Y es esa cita sin esquemas, ese espectáculo al que, confesó ayer, "no para de agregarse gente", lo que busca el público que acudirá esta noche al Hotel Triana, a partir de las 23:30, para disfrutar de Boboterías. De Triana a las Tres Mil, el espectáculo que este "todoterreno del flamenco" ha preparado junto a un grupo de incondicionales que no para de crecer: El Vareta, Guillermo Manzano, Mari Vizárraga, Herminia Borja, El Eléctrico, Joselito Fernández y Torombo, éste último todo un predicador revelación de la causa boboteriana.

La presentación de Boboterías -uno de los sietes espectáculos en los que participa el simpar personaje- derivó en una rueda de prensa genial que culminó en cerrada ovación por parte de los presentes en Santa Clara. "Para mí Bobote es toda una referencia, es una escuela del compás porque en su lenguaje corporal se posan el cante y el baile. Su propia palabra lo dice: con-paz (sic), no haya guerra, haya paz". Estallido de risas en la sala. Torombo se crece. "Los grandes aficionados siempren han valorado a un profesional completo como Bobote, que empezó, como Juan José Amador o Raimundo pasando el platillo y hoy lo llama todo el mundo", sentencia.

El apego a las formas de antes, a la sencillez de unos nudillos, el jaleo de atrás que da aire y ganas serán las banderas que enarbole el grupo convocado a las órdenes de Bobote, que lo mismo custodia el genio terrenal de Manuela Carrasco -como en la inauguración de la cita jonda en el Alcázar- que invita a elevar el vuelo vanguardista de Israel Galván. Porque Bobote cuando está fuera del escenario no necesita composturas, pero cuando está encima de las tablas... Ay. "En el escenario no tengo amigos -dice-. No parto peras con nadie. Soy un profesional. No soy un tangao. Disfruto del ritmo. Sé lo que es un cantaor bueno, el bailaor que tiene estética, el que tiene facultades y el que no... Empecé a los ocho años. Y he visto mucho".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios