donde habita el arte

Bienvenidos al mundo de Overli

  • El Rincón de Overli Una casa en la calle Rábida recoge el inmenso legado de uno de los más grandes artistas de Huelva y se proyecta como centro de actividades en todas las facetas

Hay magia en el arte. Y hay mundos mágicos que se encuentran tras de una puerta, habitados por seres fabulosos plenos de bondad, por seres de luz que forman una atmósfera pacificadora bajo la que pueda avanzar y mejorar el mundo terrenal. Esa otra dimensión del arte, no siempre visible, no siempre al alcance, se muestra esplendorosa muy cerca de aquí, al otro lado de la esquina. Es al otro lado de un umbral de la calle Rábida, en pleno centro de Huelva. Ese donde se guarda el tesoro de la creación de Overli.

Nunca antes, probablemente, tuvo tanto sentido hablar de universo propio aplicado a un artista onubense. No cabe el sentido de posesión excluyente porque hay mucha generosidad en el deseo perpetuo de abrir sus puertas, dejar entrar y compartir, llevándolo a un concepto de la universalidad que trasciende el manejo de espacios físicos y temporales. "Desde un rincón del mundo me proyecto hacia la totalidad", decía el artista onubense. "No me importa el olvido vivido porque no me importa el lugar".

Generoso fue y sigue siendo el artista, en su deseo de llevar la paz a través de su obra

Empezó hace poco más de dos años como espacio para la cultura, como lugar de acción, promoción y difusión de disciplinas variadas, pero El Rincón de Overli, ante todo, da cobijo al excepcional legado artístico y personal de uno de los más grandes autores de la pintura y la escultura onubenses, de un genio indiscutible, creador prolífico de estilo inconfundible y gran agitador de conciencias y corazones mediante un talento descomunal.

Si hay un objetivo por el que se abrió al público este piso con alma propia en una calle histórica es por la preservación y divulgación de la obra del artista costero, lepero de nacimiento, ayamontino de adopción, universal en espíritu y proyección. Hablar de esa vieja vivienda de construcción excepcional, reconvertida ahora en centro cultural, es hacerlo, por encima de todo, del artista que habita el lugar a través de su obra, de la entrega devota de su esposa, Magdalena, que no se resigna para que este mundo nuestro se encuentre algún día con ese otro concebido sólo por el torrente creativo de Isidoro Fernández Palma Overli, de sus ansias de libertad y de vida eterna que sigue pregonando la paz como fuente de amor, bálsamo sanador en todas las dimensiones.

"Artista pintor", se definía a sí mismo en 1986. "Soñador y aventurero, surca los caminos de la creación, huésped del hogar y el sosiego, traductor del misterio y de la imaginación. Mensajero de la estética y la belleza flirtea con los colores de la vida, dando suspiro alentador a los incrédulos que, por no ver, están ciegos".

Ese universo mágico de Overli está iluminado en sus pinturas por miles de estrellas, que son los puntos que salían de la pluma de ave con la que inundaba de color durante meses y años cada uno de sus lienzos de lino. Hay seres fantásticos al abrazo de una mitología propia, que fue también camino mostrado, quizá en la revelación que pudo venir de esa paloma que vio a un mensajero de paz en el vientre de su joven madre, como cuenta la fábula creada por Davinia Román para los más pequeños que se asoman a este universo de ensoñación del autodidacta artista costero.

Bajo las estrellas de este mundo terrenal fue determinante la revelación de la pintura como medio de expresión, y que se abriera al exterior Isidoro transmutando la libertad que anhelaba en esa nueva identidad, Overli, con la que ha pasado a la posteridad, y sigue pasando, siempre en constante movimiento.

"Físicamente estoy aquí, pero mi mente y mis sentimientos viajan en el espacio de lo infinito inconmensurable", decía él en 1996.

Magdalena Salvador fue revelación también en el camino de Isidoro. Y Overli lo fue para ella, que aún se siente acompañada por él en esta nueva casa a través de sus obras, en las que vive y sigue dejando mensajes de paz y amor a las generaciones venideras que le conocen bien por la fantasía que ahora reposa allí.

Junto a Magdalena Salvador, sus amigos, los de Overli, constituidos en asociación, a la espera de una fundación, necesaria como pocas, para dar alas a esa magia del libertario artista, en su cometido generoso de dar a conocer ese mensaje de paz que le fue confiado para su divulgación.

Sería de justicia artística, y también poética, que esa entidad para su legado se hiciera real y que dejara un museo para la obra y sus seres. Hasta ese momento vale esta casa mágica que Overli no habitó en cuerpo, sí en alma, y que espera a amantes de arte y cultura, seres de paz y de buen corazón.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios