Cultura

Bailarines entre el mercado y el talento

Para localizar a muchos de los mejores bailarines andaluces hay que buscar en el listín telefónico de Barcelona o Madrid. El exilio artístico sigue siendo el trampolín habitual para quienes quieren desarrollar su creatividad en las mejores compañías. Este desequilibrio entre el mercado y el talento es una de las situaciones que describe en su centenar de páginas el Plan Estratégico para la Cultura (PECA), elaborado por el gobierno andaluz.

El documento de la Consejería de Cultura analiza las realidades laborales de coreógrafos, bailarines, directores y productores para concluir que "existen varios factores que no permiten caracterizar a la danza como un sector profesional desarrollado: excesiva actividad a tiempo parcial o actividades secundarias en el mismo ámbito profesional; agrupación de profesionales en compañías sin carácter de continuidad; debilidad de numerosas compañías para producir un espectáculo anual si no es con ayudas públicas; y dependencia del sector público para la comercialización y distribución de espectáculos". En el Día Internacional de la Danza, que se celebra hoy, una luz especial ilumina esas contradicciones. Sólo Danza Clásica y Clásico Español forman parte de las enseñanzas oficiales dependientes del Ministerio de Educación; no así el flamenco ni la danza contemporánea (que se imparten como asignaturas dentro de los conservatorios y han sido atendidas sobre todo desde la enseñanza privada).

En 2003 la Junta puso en marcha la primera muestra de danza contemporánea en Andalucía, la MU.DA., que aspira a convertirse en un referente especializado como los es ya la Feria de Palma del Río para el teatro. Su tercera edición se celebró en Málaga el pasado mes de febrero, con el objetivo de acercar la danza al público andaluz y convertir en algo habitual su presencia en las programaciones de los teatros y las calles. La calidad de las compañías internacionales de danza que han pasado en estos años por los teatros gestionados por la Junta (Cánovas de Málaga, Central de Sevilla y Alhambra de Granada) han servido para captar nuevas audiencias, labor que también han asumido distintas salas locales, como la Central Lechera gaditana, la Imperdible hasta su cierre en Sevilla o la Gades malagueña, programada por el Cervantes.

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