Hizo y trabajó en lo que le demandó la vida: tornero mecánico, primero, y recepcionista, después, en la Compañía de Minas de Tharsis en su centro de trabajo de Corrales.

José (Pepe) Carrasco Pérez es una de esas personas que han luchado por mantener a su familia pero sin dejar de buscar en su interior para dar salida a sus otros 'yo'. Pepe, a los 16 años, fue aprendiz (14/12/1953) en la compañía y al cabo de cuatro años era oficial de tercera. Años después, siendo ya oficial de primera, una grave enfermedad cardiaca lo dejó un año fuera del tajo para regresar de recepcionista y cargado de ilusiones.

Prejubilado, Pepe alcanza la meta que venía persiguiendo desde hacía años, aunque con 25 había tomado la decisión de aprender a pintar con seriedad. Un curso por correspondencia, de los que se vendían en los años sesenta, le permite alcanzar conocimientos que lo lanzan a coger al caballete y los pinceles; eso sí, sin dejar de mirar a la compañía para dar de comer a su mujer y sus tres hijas. La afición crece en Pepe al igual que su imaginación. De ahí a la enseñanza hubo un corto paso que Pepe dio y que supuso para él "una experiencia inolvidable".

Colaboró en la escuela de Ángel Gómez Nieto dando clases de dibujo artístico a los alumnos de primero y segundo del bachillerato a finales de los sesenta.

Este experiencia le permite perfilar sus conocimientos y dar la mano a su otra pasión: la fotografía. El arte de la cámara lo pulió una vez prejubilado en la Escuela de Artes y Oficios León Ortega y allí se dio cuenta que aquellos 'trucos' que él venía haciendo con su Werlisa de 600 pesetas eran técnicas depuradas y de no muy fácil aprendizaje. Su imaginación buscaba el reto y sus manos hacían el resto. Ahora entre pinceles y cámaras Pepe trabaja en los carteles de la romería de la Reina del Mundo y en los de la Semana Santa de Corrales. Su último trabajo ha sido el cartel del Belén viviente. "Así le devuelvo a los corraleños parte de su identidad y sobre todo el cariño que me han dado".