Cultura

La Argónida nos espera

  • Niebla edita una selección de textos para introducir a jóvenes y mayores en la obra de Caballero Bonald

  • El profesor Manuel Bernal pone el foco en la militancia del jerezano

Camino de alcanzar los 92 este año, no hay más que juventud en la mente de quien confiesa tomar aliento cada día con la poesía. No relaja la militancia que antaño le marginó y que en época más reciente ha aumentado el respeto y la admiración que por él se siente. Íntegro como pocos han conseguido mantenerse a lo largo de toda su vida, se anticipó a los movimientos sociales que derivaron en el 15M con su Manual de infractores, que tiene mucho de la insurrección que sigue reclamando en la sociedad y, sobre todo, entre los jóvenes. Son a ellos a los que le unen lazos directos, que ahora pretende revelar y fortalecer Manuel Bernal Romero, profesor acostumbrado a tratar cada día en las aulas con la nueva generación que empuja, que no es más que una versión renovada de las anteriores. Los escenarios son diferentes por los tiempos que avanzan; los desvelos, las inquietudes y los miedos son los mismos de siempre, pese a las distracciones del entorno cambiante. Son los mismos que sufría José Manuel Caballero Bonald muchas décadas atrás, en plena ebullición adolescente de la que siempre quedó poso en el papel, y al que el profesor Bernal apela ahora para que se produzca ese encuentro que siempre debió existir.

Cuentan desde la editorial Niebla que El caballero de Argónida no es una antología al uso sobre el gran escritor jerezano. No hay intención de reflejar toda su obra y sí una cuidada selección de piezas, extraídas de su extraordinaria producción poética y narrativa para tender los brazos a los nuevos lectores. "Para jóvenes", como apunta ese apéndice del título, que pone en la pista a quien encuentre un ejemplar a su vista.

Fue Manuel Bernal quien se encontró de primera mano con esa ruptura, más que generacional, entre autor y público joven. Pesan mucho los clichés, las etiquetas heredadas por quienes no han tenido realmente interés en adentrarse en una obra que definitivamente rehuyen sin leer.

"Caballero Bonald no es un escritor tan oscuro como se ha planteado sino más cercano, más vivo", cuenta el escudero encargado ahora de dar lustre a la vieja armadura. "Tiene mucho que ver con la gente joven y con las inquietudes que plantea".

Escribe Bernal en el texto introductorio de esta nueva selección que en la poesía del jerezano hay "un eco permanente de adolescencia y de contestación, de incitación a la disidencia, de enfrentamiento a la desconfianza ante las grandes palabras y los discursos biensonantes pero vanos de los poderosos".

Explica también a este periódico que mucho tuvo que ver esta actitud para que no le llegara el reconocimiento en el propio Jerez hasta hace, relativamente, pocos años. "Lo que contaba no era el perfil que las clases pudientes de la ciudad querían ofrecer. Escribe desafiando a una ciudad en la que cuesta mucho vivir a la gente que no tiene recursos".

Incluso cuando ya en los 70 publica uno de sus mayores éxitos, la novela Ágata ojo de gato, "se centra en el mundo rural, y lo hace de forma tan ruda y animal que no conecta con el espíritu de la burguesía de Jerez".

Pero esa obra genial forma parte de la mitología propia que representa la Argónida, tierra de la que Caballero Bonald es el gran paladín al que apela el nuevo libro en guiño a su apellido. Es un motivo más para acercarse a su lectura, en oportunidad única de adentrarse también a Doñana y la madre naturaleza.

Manuel Bernal insiste en su rechazo del jerezano como "escritor oscuro de difícil lenguaje". La mayor parte de su obra, asegura, "se puede trabajar con la gente joven". "Hay una poesía amatoria muy importante, con un componente erótico vinculado a la adolescencia y sus primeras experiencias con el sexo que conecta mucho con la juventud actual", cuenta a modo de ejemplo.

También elementos de misterio, casi esotérico, que se reflejan en pasajes de diferentes obras, explica, representados en los extractos Los fantasmas o La curandera Anita Latemplaria, entre algunos más seleccionados ahora, que Bernal identifica con temáticas que, observa, forman parte de la literatura que gusta consumir en la actualidad entre sus alumnos.

En la editorial Niebla no caben en sí de gozo. En el caso de sus responsables, Caballero Bonald era uno de esos autores presentes en la biblioteca de casa, que descubrieron y empezaron a admirar ya en plena juventud a partir de Ágata ojos de gato. "Estamos muy orgullosos, siendo una editorial de Huelva, de poder trabajar con uno de los referentes de la literatura contemporánea española", cuenta el responsable, Rafael Pérez. "No dudamos en hacer este trabajo por la gran admiración que sentimos, y no sólo para que los más jóvenes se acerquen a su obra sino para que cualquiera pueda iniciarse y descubrir a uno de los grandes autores españoles del último siglo".

Es más que una casualidad que Caballero acompañe ahora a Juan Ramón Jiménez en esta colección de Niebla. Hay caminos de recorrido similar entre el jerezano y su admirado poeta moguereño, reconocida influencia, recurrente en muchos aspectos a lo largo de su vida, más allá de ese círculo coetáneo del 50 en el que encontró muchos amigos en la fotografía de Colliure pero no con la intensa impronta literaria que le dejaron otros más atrás.

Explica Manuel Bernal que el jerezano tiene, como Juan Ramón, una inquebrantable militancia ética y estética. Coinciden en ambos también un sentimiento de arraigo a la tierra que les vio nacer. "Ambos son muy andalucistas. Lo llevan muy dentro, pero no la Andalucía de los tópicos sino la que creen que debería ser: la de la cultura, el progreso, la educación… Aunque sus obras son muy distintas, Juan Ramón es uno de sus más admirados autores, y por su talante ético y estético, es para Caballero Bonald un espejo en el que mirarse".

El poeta moguereño tuvo que sufrir el desdén de la Generación del 27, llevado al extremo en las enseñanzas universitarias y en las básicas, reducido a las lecturas parciales de esa excepcional obra adulta que es Platero y yo, marcada en exclusiva para niños por gracia y ternura del pollino protagonista. No es ajeno ese escenario al jerezano, soslayado en las aulas, anota Manuel Bernal, además, como tantos autores de la poesía y la narrativa contemporáneas, por planes de estudio anclados en el pasado y cerrados en banda a su desarrollo: "Prácticamente es Cela quien marca el final de la literatura española".

A ello se une el desconocimiento también de la obra de Caballero Bonald entre el propio profesorado, lamenta Manuel Bernal. "Sería pretencioso decir que éste debería dirigirse también a los profesores de Bachillerato", responde, aunque sí invita a que el público adulto cambie su percepción de la obra del escritor jerezano.

El director de la Colección Platero, David González Romero, reconoce que El caballero de Argónida les ha permitido "dar un saltito de calidad, hasta hace poco impensable para la incipiente industria editorial onubense". "Hemos querido sacar una edición elegante ,pero fresca y cercana al mismo tiempo, con unas ilustraciones que ayudan mucho en nuestro propósito de conectar mejor con los lectores y contribuir a divulgar así la obra de Caballero Bonald, especialmente en Andalucía, donde es uno de los más grandes ".

Esas ilustraciones a las que se refiere el editor son obra de una joven artista de Jerez, Ana Domínguez Corrales, que hacen de la revisión de la obra del gran literato de Jerez un producto con factura muy cercana.

José Manuel Caballero Bonald, asegura feliz Manuel Bernal, ha dado su visto bueno a esta edición en todos los aspectos: "Le gustó mucho la idea, no puso reparos a la selección de textos y aprobó las ilustraciones. Ha dado todo tipo de facilidades, permitió que se titularan los extractos que no tenían entidad propia y le pareció bien el título del libro", explica. "Espero que se comprenda mejor su obra y se valore su compromiso para tener una sociedad mejor y más justa".

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