Cultura

Alienígenas en Moscú

Multicines La Dehesa Islantilla, CineBox Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Punta Umbría.- T.O.: 'The darkest hour'.- Producción: Estados Unidos y Rusia, 2011.- Duración: 91 minutos.- Dirección: Chris Gorak.- Guión: Jon Spaihts basado en un argumento de Leslie Bohem.- Fotografía: Scott Kevan.- Música: Tyler Bates.- Montaje: Fernando Villena y Priscilla Nedd Friendly.- Intérpretes: Emile Hirsch, Olivia Thrilby, Max Minghella, Rachael Taylor, Joel Kinnaman

Películas que algunos recordarán como Guardianes de la noche (2004), Guardianes del día (2006) y Wanted (2008), nos descubrían a un productor con un concepto muy espectacular y bastante sui géneris en la puesta en escena entre lo fantástico y la ciencia-ficción al estilo ruso con dudosos gustos escénicos, Timur Bekmambetov, que, sin embargo, resultaban muy taquilleros. Un aventajado pupilo suyo, Chris Gorak, que ha hecho sus armas cinematográficas en el diseño de producción o dirección artística, toma el relevo para presentarnos esta invasión de alienígenas en Moscú que tiene mucho de ese sello inconfundible con carencias notables, consecuencia sin duda de unos costes de producción que quedan muy lejos de las pretenciosas ambiciones del film.

La historia que se nos cuenta tiene como protagonistas a Sean y Ben que llegan a Moscú por negocios para promocionar un proyecto web y a Natalie y Anne que han viajado a la capital rusa como turistas. Skylar es otro de los visitantes que como los anteriores se verán sorprendidos por unas extrañas luces en el cielo, una especie de tormenta eléctrica. Muy pronto se verán atrapados en una ciudad desconocida por ellos ante la masiva presencia de unas fuerzas invasoras extraterrestres, unas extrañas criaturas lumínicas, dispuestas a exterminar eléctricamente a todo lo que se encuentren por delante. Difícil les va a resultar salvarse de estas hordas de alienígenas aniquiladoras pero harán todo lo posible por sobrevivir a la catástrofe.

Volvemos a la ciencia ficción más terrible y apocalíptica que es habitual santo y seña del género. Pero aquí no se realiza de manera inteligente, porque el guión de esta película es bastante inútil y la conversión en imágenes está más en la línea de la deleznable Independence day (1996) y otros cachivaches supuestamente anticipadores de Roland Emmerich, que en trabajos más adultos en los que ha abundado esta especialidad cinematográfica a la que no aporta nada en absoluto. Poca fuerza expresiva la de La hora más oscura para un empeño tan llamativo.

Inútil empeño que ha querido resolverse con un mínimo coste de producción y que ha resultado fallido para la ambiciones del llamado rey Midas del cine ruso, Timur Bekmambetov, cuya única originalidad es la entidad tecnológica de estos seres de otros mundos que aniquilan a los humanos y que apenas resultan visibles. Los diálogos son tan absurdos como estúpidos. Quedará para amantes de la ciencia ficción a cualquier precio -éste es de los más bajos-, que deberán ser bastante tolerantes porque el producto da para poco. Es penoso que éste sea el único cine ruso que comercialmente podemos ver aquí.

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