Cultura

La Academia de Historia critica la "desidia" patrimonial del Gobierno

  • La entidad cree que el Ejecutivo necesita que lo "espoleen" para evitar que los tesoros submarinos "caigan en las garras" de "neosaqueadores" como Odyssey

José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, miembro de la Real Academia de la Historia, arremetió ayer contra el Gobierno por su "desidia" respecto al patrimonio arqueológico subacuático y aseguró que la Administración necesita ser "espoleada" para evitar que el patrimonio cultural nacional que yace en aguas nacionales e internacionales "caiga en las garras" de "cazatesoros" como la empresa estadounidense Odyssey. "Hay que exigir una participación en esos beneficios, para desarrollar actividades culturales de todo tipo", alegó Queipo de Llano.

El académico, que coordina unas conferencias sobre el patrimonio submarino español que comienza hoy en la institución, afirmó que los argumentos de Odyssey son "falaces, insensatos y baratos" y se mostró convencido de que "no hay duda" alguna sobre la nacionalidad tanto de la "carga" como de la "bandera" del pecio encontrado por esta firma cazatesoros en el estrecho, ambas, señaló, "españolas". Queipo de Llano dijo que el argumento utilizado por algunos de estos "neosaqueadores" respecto a la "rapiña hispana" de las Indias "no se tiene en pie y obligaría a replantearse todos los principios jurídicos hoy vigentes de derecho internacional y los relativos al régimen de la propiedad, de la empresa, del comercio y de los beneficios". A pesar de todo, es "optimista" sobre el resultado de las reclamaciones en un juzgado de EEUU contra Odyssey.

El académico aboga por modificar la legislación actual, "incompleta", incluso "contradictoria" y en cualquier caso inadecuada a la "importancia de estos tesoros". Tras reclamar la implicación de la Unesco en estos conflictos, argumentó que "a nadie se le ocurriría entrar en El Prado y robar los cuadros para después exhibirlos en otros museos".

Y recordó, por último, un nuevo caso polémico: el de un galeón español hundido en la República Dominicana cuyo tesoro será explotado por una empresa también estadounidense "a cambio del pago del 3.000 dólares".

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