alberto ortega. capataz granadino

"El mundo del costalero está viviendo en Granada el momento más brillante de toda su historia"

  • Aunque reconoce que la "raíz" de lo que significa ser costalero se ha "desvirtuado" mucho en la actualidad, valora todo lo que se ha enriquecido el oficio en cuanto a conocimientos, gente y trabajo

A 27 'izquierdos' para un nuevo Domingo de Palmas y de Ramos, Alberto Ortega no para. Los ensayos con la Borriquilla, la Cañilla, los Favores y la Resurrección copan su agenda. De la escuela de Pepe Carvajal, que le "envenenó" cuando aún era "un niño" con esta "bendita droga" y al que cita como referente, recuerda con una sonrisa las "miles" de anécdotas vividas. El rostro se le ilumina cuando habla de la Hermandad del Viernes Santo, a la que admite tener un cariño "especial" y donde se inició como costalero hace 28 años.

-Abre la Semana Santa con la Borriquilla y la cierra con la Resurrección, ¡vaya responsabilidad!

-Para mí es un honor más que una responsabilidad. Todas las cofradías son una responsabilidad porque, en el fondo, uno tiene el peso de llevar lo más importante que tiene una hermandad, que son sus imágenes, a la que las gente les reza todo el año.

-¿Cómo vive la Cuaresma un capataz que comanda tantos pasos?

-A tope. Desde que pasan los Reyes, ya empiezan los actos fuertes, pero los preparativos duran mucho tiempo más. Mi equipo y yo estamos pensando todo el año lo que vamos a hacer, cómo lo haremos, cómo podemos mejorar... Todo el año estamos dándole vueltas puesto que tenemos la suerte de ser amigos desde hace casi 30 años y nos vemos diariamente. A partir de Reyes, la guerra ya es tremenda.

-¿Qué opinión le merece el mundo costalero actual de Granada?

-Quizá esté pasando el mejor momento de su historia. En cuanto a conocimientos, en cuanto a gente, en cuanto al trabajo que se hace... Se han ido acumulando una serie de conocimientos y personas que han mejorado este mundo y, hoy día, creo que está viviendo uno de los momentos más brillantes, si no el que más. Otra cosa es que hablemos de la raíz, de lo que es ser costalero, que está más dervirtuado.

-¿Por qué?

-Se desvirtúa porque a la gente se le olvida que el movimiento de hermanos costaleros surge, no porque haya un hartazgo de los que antes sacaban los pasos, como ocurrió en otros sitios, sino porque las hermandades necesitaban a gente que los sacase al no tener dinero para pagar a los que lo hacían hasta ese momento. A partir de ahí, el costalero en Granada se convirtió en una ayuda, una persona muy integrada en cada hermandad y que colaboraba muchísimo. Al menos eso es lo que yo viví en los Favores, donde los costaleros tenían una implicación total: colaboraban en la preparación de los cultos, asistían a ellos... Ahora es más "saco el paso y me olvido durante el año".

-¿Qué espera de la próxima Semana Santa?

-Deseo que salgan los días como el que estamos disfrutando tú y yo aquí, con este sol. Si tenemos que pasar calor, pasemos, pero que no llueva. Y que todos disfrutemos y a todos les salgan las cosas muy bien.

-Destaque las cualidades que no le pueden faltar a un buen costalero.

-Primero tiene que gustarle mucho este oficio. Estamos hablando de algo que no es agradable físicamente; un costalero, cuando se mete debajo, lo que va es a coger kilos y a hacer un esfuerzo físico no natural. Esto tiene que gustarte mucho para superar esos momentos de no poder; de no poder con los pasos y de no poder con las situaciones, porque hay momentos en los que tienes que ensayar a unas horas que no son las mejores o que has descansado poco. A partir de ahí, cuando a uno le gusta algo, las cosas las suele hacer bien.

-Pero la gente dice que disfruta...

-Sí, cuando le dices a otras personas que esto te gusta no se lo creen. Todos, cuando hemos ido debajo del paso, hemos coincidido en que, si no pesa, no vas a gusto; tiene que pesar para disfrutar.

-¿Para ser un buen capataz hay que haberse metido debajo antes?

-No. Hay gente que ha sido muy buen capataz y nunca se ha metido debajo de un paso, o que se ha metido muy poco. En Granada hay casos como esos. Sí es cierto que meterte te aporta cosas que te pueden dar ventaja, pero no es estrictamente necesario.

-Sea sincero, ¿se siente aún costalero o ya ha pasado esa etapa?

-¿Que si me siento costalero? Yo es que soy costalero antes que capataz. Sigo sintiendo y pensando en costalero, y muchas de las cosas que hago responden a ello.

-¿Qué opinión le merecen los costaleros que destacan antes la afición que la devoción?

-Tiene que haber una mezcla. Como he dicho antes, al costalero le tiene que gustar serlo. Para gustarte el mundo de las cofradías no es necesario que seas costalero, eso es una vertiente de entrada a las cofradías, pero tiene que gustarte mucho. Tú puedes ser un gran devoto y un mal costalero. Y puedes ser, que los hay, un gran costalero y una persona que siente poco lo que lleva arriba. Yo creo que, como todo en la vida, la perfección es la justa medida de cada cosa, tiene que gustarte y sentir lo que llevas. Hay que tener sentimiento cristiano y no olvidar que lo único que hacemos es llevar a Dios y a su Madre Santísima.

-¿Qué papel tiene una buena ropa en el trabajar de un costalero?

-El papel que tiene una herramienta en cualquier oficio. Con una buena herramienta se hace un buen trabajo, y con una mala herramienta se hace un mal trabajo. El costalero tiene que tener una buena herramienta, que es su ropa, para que pueda hacer un buen trabajo.

-¿Cómo debe ser la relación de un capataz con sus costaleros?

-Hay muchas interpretaciones. Por supuesto, hay una cosa que es fundamental: el costalero tiene que respetar y obedecer a su capataz al cien por cien. Si no, no es costalero.

-¿Qué porcentaje de importancia tiene un capataz en la forma de andar de una cuadrilla?

-Para que una cuadrilla ande bien se tienen que dar muchas circunstancias y, en muchas de ellas, actúa el capataz. El capataz es fundamental en el andar bueno o malo de una cuadrilla, pero también es cierto que muchas veces hay que diferenciar, que a veces la gente no sabe hacerlo aquí en Granada, lo digo y no me escondo, lo que es un paso que ande bien o un paso bien llevado. Hay pasos que andan bien pero no están tan bien llevados y hay otros que van de forma más regular, por la causa que sea y, sin embargo, están muy bien llevados.

-¿Qué es lo que más valora de una cuadrilla?

-La unión, la amistad, el compañerismo, la hermandad, que nadie quiera destacar, el anonimato, la humildad... Tantas cosas... Pero, sobre todo, la unión, que sea una piña, que todos vayan a una y que se lleven bien.

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