La Adoración

Mensaje para miradas encendidas

  • Los Reyes Magos agradecen la solidaridad de Jerez en su Adoración al Niño.

Tras recorrer las principales calles del centro, Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron anoche al belén monumental del Mamelón  para realizar las ofrendas al Niño Jesús. Allí ofrecieron su tradicional discurso.  

 

"Queridos niños y niñas de Jerez, buenas y felices noches a todos:

 

Como cada Navidad, desde hace más de dos mil años, recorremos mares y océanos, montañas, valles y pueblos de todos los continentes para adorar al Niño Dios, a través de la constelación de estrellas más bonita del universo. Como os han contado, somos magos, pero fue un ángel del Señor el que se apresuró a ir al país de los persas para pedirnos que fuésemos a adorar al Niño recién nacido. Y como ya es costumbre, hoy volvemos a Jerez para hacerlo en la mejor compañía, que es la vuestra.

 

Gaspar, Baltasar y en nombre de los tres, Melchor, quien os habla, llegamos cargados de ilusión tras recorrer miles de kilómetros juntos. Inspirados por la visión de una estrella más brillante que la luz del sol, acompañados de nuestro séquito, pajes, guardas, mozos... atravesamos a lomos de los camellos la distancia entre Persia y Jerusalén. Y aunque os cueste creerlo, a cada casa a la que hemos llamado nos han abierto las puertas de par en par para darnos lo mejor de cada hogar. La generosidad y solidaridad de ciudades como la vuestra no tiene comparación, creerme, muchas gracias. Siempre tenemos presente a Jerez, una de las ciudades más hermosas y que más nos sorprende. Recorrer sus calles estrechas presididas por el aroma de sus bodegas constituye una experiencia única e inolvidable.

 

Después de caminar durante nueves meses, llegamos a Belén justo en el instante en que María daba a luz. En esta gran ciudad del espíritu de las artes que es Jerez, donde la Navidad también se hace música y cante, ya sabéis que el Niño nació en un pesebre junto a la mula y el buey. Dicho ángel anunció a los pastores que el Hijo de Dios, el más hermoso y humilde, nació en un portal bajo las estrellas, el sol y la luna, la Virgen María y San José. Su historia se ha transmitido de padres a hijos también en forma de villancicos: "¡Pastores venid, pastores llegad, y adorad al Niño que ha nacido ya!". Ellos fueron los primeros en acudir a verlo y a continuación nosotros, los magos de oriente, llegamos desde muy lejos a adorarlo, cada uno con un regalo. 

 

Melchor le ha traído el oro, símbolo que nos recuerda que Jesús es el rey celestial; Gaspar le trae el incienso, empleado en el culto en los altares de Dios, y Baltasar; la mirra, signo de la humanidad de Cristo.

 

Cargados de alegría y de juguetes para todos vosotros y también para todos los niños del mundo, visitamos todos los hogares de la Tierra. Antes de seguir nuestro camino, tenéis que saber que hay niños que no tienen tanta suerte como vosotros. Ya sabéis, en esta vida hay que compartir lo nuestro y mantener un comportamiento noble y adecuado sin pedir nada a cambio. Niños, recordad que esta noche es mejor acostarse cuanto antes, para que podamos dejar vuestros juguetes junto al nacimiento y el árbol de Navidad. Gracias a nuestro querido Visir, ya tenemos las llaves de la ciudad, así que durante toda la noche iremos a vuestras casas con los regalos. Ningún niño se quedará sin juguete, os lo prometemos. 

 

Por la sonrisa de un niño, daremos lo mejor de nosotros mismos. Por ellos, que nos dan la vida y que son el mejor presente, la ilusión de levantarse cada día. Sois vosotros los que igualáis a unos hombres con otros en busca de un futuro cargado de esperanza. No por casualidad, la noche del día 5 de enero es la más mágica y familiar del año, la que más jerezanos reúne en la calle con la mirada limpia y en busca de la estrella de la ilusión.

 

Queridos niños, os llevamos siempre en nuestros pensamientos y nuestros corazones. Repartir amor entre los vuestros a cada ocasión que tengáis os recompensará con grandes satisfacciones. Vuestros padres realizan un sacrificio enorme por cumplir vuestros deseos, así que ayudarles en todo lo que podáis. Nada es gratis en esta vida, pero todo esfuerzo obtiene su recompensa. ¡Ah!, y un 'te quiero' es lo más bonito que puede oír una madre.

 

Esta historia pone aquí su punto y seguido, tenemos que partir. Acordaos de dejar vuestros zapatos a la vista, y por favor, si tenéis algo de tiempo nos gustaría probar vuestras riquísimas galletas y beber algo de agua o leche, aunque un poquito de vino dulce de ese tan rico que se cría por aquí, no nos vendría mal. Hemos leído todas vuestras cartas y nuestro único afán ahora es lograr que esta sea la noche más hermosa del año, para que permanezca vuestra mirada encendida y se cumplan vuestros sueños y anhelos. Nosotros volveremos la próxima Navidad, hasta entonces: un beso para todos y un fuerte abrazo. Os queremos muchísimo".

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