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Al menos 31 muertos en los atentados en el metro y el aeropuerto de Bruselas

  • El Estado Islámico reivindica el ataque, que ha dejado 270 heridos, cuatro de ellos españoles. Bélgica eleva al máximo la alerta y la Policía difunde la foto de un presunto terrorista huido.

Dos explosiones en el aeropuerto internacional de Zaventem y otra en la estación de metro de Maelbeek, en el centro de Bruselas, han dejado al menos 31 muertos y 270 heridos. Los servicios de investigación y la Policial federal de Bélgica se concentran en la búsqueda de uno de los presuntos autores de los atentados. Las fuerzas de seguridad belgas encontraron un artefacto explosivo, productos químicos y una bandera del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en el registro de una vivienda en el distrito bruselense de Schaerbeek, informó la Fiscalía federal de Bélgica. Un elemento que podría venir a confirmar la reivindicación del EI anunciada por de la agencia de noticias Amaq, vinculada a esta organización yihadista, y con un comunicado del grupo.

Una cámara de vigilancia del aeropuerto de Zaventem, en Bruselas, captó la imagen de los tres supuestos autores de las explosiones, dos de los cuales se habrían suicidado en los atentados. El tercero está siendo "activamente buscado", y la Policía federal belga ha lanzado una orden de búsqueda y captura contra este individuo, que en las imágenes aparecía vestido con una chaqueta blanca y un gorro negro.

Fuentes no oficiales apuntaron a que el sospechoso podría ser uno de los cómplices de Salah Abdeslam, arrestado el pasado viernes tras cuatro meses de intensa búsqueda por su vinculación con los atentados del 13-N en París. En concreto, podría tratarse de Najim Laachraoui, quien según algunos medios sería responsable de la confección de los cinturones explosivos utilizados en los ataques de la capital francesa. "Es todavía demasiado pronto para establecer un vínculo formal con los atentados de París", se limitó a decir en rueda de prensa el fiscal federal de Bélgica, Frédéric Van Leeuw.

Las primeras dos explosiones se produjeron con un intervalo de varios segundos en el aeropuerto de Zaventem, cercano a Bruselas, hacia las 08:00 en la zona de mostradores de facturación de Brussels Airlines y American Airlines, confirmó el gobernador de la provincia de Brabante flamenco, Lodewijk De Witte. Allí murieron 14 personas y un centenar resultaron heridas. En Zaventem, además de los dos artefactos que estallaron en el aeródromo, los artificieros belgas desactivaron una tercera bomba que no llegó a explotar. En la estación de Maalbeek, a escasos 200 metros de la sede de la Comisión Europea (CE), una tercera explosión tuvo lugar a las 09:10 y mató al menos a 17 personas y dejó heridas a otro centenar. El artefacto estalló dentro de un vagón de metro que se encontraba detenido en la estación y tenía las puertas abiertas.

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha informado de que cuatro personas de nacionalidad española se encuentran hospitalizadas en Bruselas. No hay víctimas mortales españolas, pero sí, según fuentes consulares españolas, se ha identificado por el momento a cuatro personas de nacionalidad española hospitalizadas, pero sus heridas "no revisten especial gravedad", ha dicho Fernández Díaz. El ministro ha subrayado la provisionalidad y prudencia de las cifras.

El caos se instaló en Bruselas durante la mayor parte de la jornada con la red de transporte público interrumpida y medidas reforzadas de seguridad, incluido el despliegue de efectivos militares y el refuerzo de los controles en las fronteras, debido al incremento al nivel máximo de la alerta terrorista, que mañana será objeto de una nueva evaluación. El transporte público vuelve a la normalidad gradualmente y algunos de los cordones de seguridad fueron parcialmente levantados tras la evacuación de algunos edificios de las instituciones comunitarias por estar dentro del perímetro de seguridad. El aeropuerto de Bruselas, que sufrió considerables daños, permanecerá cerrado de momento hasta el jueves y los vuelos seguirán siendo desviados a Charleroi o Lieja.

El Gobierno belga ha decretado tres días de luto por los atentados y está prevista la organización de un minuto de silencio el miércoles, mientras las banderas ondean a media asta en los organismos oficiales de todo el país y en las instituciones europeas. Muchas personas acudieron a la Bolsa de Bruselas para protestar contra el terrorismo y mostrar su solidaridad con las víctimas, incluidos el primer ministro, Charles Michel, y el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker. El miércoles hay prevista otra marcha de solidaridad en la capital.

Michel, durante una comparecencia ante la prensa, se dirigió a los responsables de estos ataques, a quienes calificó de "enemigos bárbaros de la libertad y de la democracia", para asegurar que los belgas van a "seguir unidos" y "plenamente movilizados" con "con la determinación completa para proteger (sus) libertades y (su) estilo de vida". El rey Felipe de los belgas dijo que se responderá a los atentados de Bruselas con "firmeza, calma y dignidad". "Mantengamos la confianza en nosotros mismos, esta confianza es nuestra fuerza", añadió el monarca en un breve mensaje grabado dirigido a la nación y retransmitido por todas las cadenas de radio y televisión.

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