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La izquierda francesa confía en imponerse hoy a Sarkozy

  • Los socialistas se aferran a los resultados de la primera vuelta en las que ganaron por un 2% de margen y llaman al "voto de castigo" para la derecha

La oposición de izquierdas aborda la recta final de la segunda ronda de las elecciones municipales y cantonales francesas que se celebran hoy, con la esperanza de refrendar la ventaja lograda en la primera vuelta frente a la derecha preocupada por su electorado desmotivado.

En la primera vuelta de las Municipales del pasado día 9, marcada por la más baja participación (un 66,5 %) desde 1959, las listas de izquierdas cosecharon un dos por ciento más que la derecha.

El centrista MoDem, que no llegó al 4% a nivel nacional pero cuyas listas autónomas en unos 350 municipios superaron una media del 15%, optó por una estrategia a la carta en la segunda ronda, en la que sus electores pueden ser determinantes en muchos municipios.

Según los datos facilitados el jueves por el Ministerio de Interior, 76.974 candidatos integran las 2.412 listas (1.105 de izquierdas y 1.184 de derechas) que concurren en los 898 municipios, entre ellos las grandes urbes de Marsella y Toulouse, ahora gobernadas por la derecha.

El primer ministro francés, François Fillon, reconoció el jueves que detectó "una forma de decepción o en todo caso una desmovilización de una parte" del electorado de su partido conservador, la UMP, y sus aliados.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se valió del corto margen de la izquierda y de la baja participación para negar que el mensaje de las urnas fuera un "voto de castigo".

Sarkozy, cuya popularidad cayó desde comienzos de año, recalcó hace unos días el carácter "local" de los comicios, pero prometió que tendrá en cuenta el resultado, sin especificar cómo. Fillon, que repitió ayer que es contrario a una remodelación del Gobierno tras los comicios, piensa que la respuesta a la "impaciencia" y "expectativas" del electorado es "acelerar el ritmo de las reformas y mostrar que se cumplen los compromisos".

Alentados por su avance en las urnas, los socialistas llaman al voto de castigo. "Sarkozy ha dicho que escuchará el mensaje de los franceses. Entonces es preciso que los franceses se hagan oír", dice Hollande.

Todas las miradas están puesta sobre dos de las grandes ciudades francesas, Marsella y Toulouse, bastiones de la UMP que la izquierda sueña con arrebatar, ya que serán las que marquen la diferencia; si cambian de alcalde hacia la izquierda, los socialistas podrán cantar victoria.

El alcalde saliente de Marsella, Jean-Claude Gaudin (UMP) afronta un duelo muy apretado con el aspirante socialista, Jean-Noël Guérini, quien recibió el apoyo del centrista MoDem.

En Toulouse, en cambio, una parte de la lista del MoDem se ha alineado con el candidato de la UMP a la reelección.

Los electores del MoDem se perfilan como los árbitros en sendas ciudades, como en otras muchas. Las listas de los centristas concurren en 60 municipios, mientras que se fusionaron con la izquierda en 27 casos y con la derecha en 26.

Si Marsella, Toulouse y Estrasburgo cambian el domingo, la derecha se quedaría con sólo dos de las principales ciudades del país: Burdeos y Niza. Esta derrota obligaría al poder y a replantearse su estrategia, frente al dominio local y regional de la izquierda.

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