Al menos 35 personas murieron y varias decenas más resultaron heridas ayer en dos atentados suicidas separados en Baiyi y Baquba, en el norte de Iraq, poniendo fin así a más de una semana de relativa calma en el país.

El ataque más sangriento, perpetrado ayer por tres suicidas contra un local para la venta de gas en la ciudad de Baiyi, en el norte de Iraq, causó 25 muertos y 75 heridos, informó la Policía de esta localidad, situada a 200 kilómetros al norte de Bagdad.

El suicida se hizo estallar con su vehículo cargado de explosivos junto a un grupo de personas que hacían cola para comprar gas propano para cocinar, mientras que los otros dos, que se habían mezclado entre la gente, detonaron cinturones explosivos.

Las víctimas esperaban a las puertas de una filial de la Compañía de Petróleo del Norte. Esta empresa atrae sobre todo a personas pobres porque al ser estatal vende el gas a un precio claramente más barato que el resto.

Por su parte, otro terrorista suicida se hizo volar por los aires en medio de un cortejo fúnebre en Baquba, a 60 kilómetros al norte de Bagdad, matando al menos a 10 personas y dejando heridas a otras 20.

El funeral era el de dos miembros de un Consejo del Despertar, una milicia apoyada por Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo de Al Qaeda. Ambos habían muerto en la noche del lunes en un tiroteo con soldados norteamericanos que se produjo, al parecer, por un malentendido.