Crisis en el ulster La anunciada dimisión de Ian Paisley marcará el futuro de la región

El adiós del 'señor No'

  • El jefe de Gobierno de Irlanda del Norte abandonará su cargo en mayo y pasará a la historia como uno de los artífices del acuerdo entre católicos y protestantes

Al Papa lo calificó de "anticristo", a sus rivales políticos de "bichos" y su palabra favorita era "no": el jefe de Gobierno de Irlanda del Norte, Ian Paisley, pasó a la historia en la conflictiva región al aceptar, hace apenas un año, compartir el poder con los católicos del Sinn-Fein, brazo político del IRA y hasta entonces su enemigo más acérrimo.

Diez meses después, el reverendo protestante se despide del escenario político donde durante casi 50 años fue una figura crucial. Lo que vendrá después de la era Paisley es para muchos un interrogante, igual que los motivos que llevaron al religioso de 81 años a tirar la toalla. "¿Fue él quien dio el salto o lo empujaron?", se preguntaba la BBC.

Su batuta como jefe del Gobierno norirlandés y del Partido Democrático Unionista (DUP) la entregará tras una conferencia sobre inversiones que se celebrará entre el 7 y el 9 de mayo, justo un año después de que católicos y protestantes asumieran el Gobierno autónomo de Irlanda del Norte. Tras años de violencia y enfrentamientos, el acto fue calificado por Londres como modelo mundial para lograr la paz en regiones en crisis.

De momento, el posible sucesor de Paisley ya ha entrado en escena: se trata de Peter Robinson, hasta ahora vicejefe del DUP y ministro de Finanzas, que a sus 59 años representaría a una generación algo más joven. A Paisley, que en abril cumplirá 82 años, se le había visto últimamente enfermo y desde hace tiempo circulan rumores sobre su débil estado de salud.

Sin embargo, esto no hizo cambiar su fuerte carácter: es difícil encontrar una cabeza más dura que la suya. Sus frecuentes gritos de "no" y "nunca" le valieron el apodo de Dr. No, y durante años se negó rotundamente a firmar "un pacto con el demonio". "Se reproducen como conejos y se multiplican como bichos", decía en alusión a los católicos, "no me sentaré a la mesa con esos monstruos sangrientos".

Por eso, sorprendió que precisamente él jurara el 8 de mayo de 2007 ser el jefe de un Gobierno de unidad. "El hombre que se hizo famoso por decir no, pasará a la historia por haber dicho sí", dijo el entonces primer ministro británico, Tony Blair, que junto con su homólogo irlandés, Bertie Ahern, contribuyó notablemente al éxito del proceso de paz norirlandés.

Desde 1969 el conflicto se había cobrado la vidas de unas 3.500 personas, y hasta el Acuerdo del Viernes Santo de 1998 no se allanó el camino para una cotidianidad sin miedo a las bombas a las que estaban acostumbrados.

El giro de 180 grados de Paisley le valió los elogios de políticos internacionales, pero también causó descontento entre sus propias filas, especialmente por su cordialidad hacia Martin McGuinness, vicejefe del Gobierno y ex comandante del IRA.

Paisley y McGuinness parecían entenderse tan bien que recibieron el apodo de "chuckle brothers" (hermanos risitas). También la dimisión de su hijo como ministro y las especulaciones sobre su vinculación con grupos de personas influyentes que presionan en favor de intereses en el mundo de los negocios, pusieron a Paisley contra las cuerdas, aunque niegue que su retirada tenga que ver con ello. "Tengo una gruesa piel de elefante", señaló.

Sea quien sea su sucesor, se espera que el Gobierno regional continúe su relativamente armonioso curso en Belfast. El propio Paisley definió con toda claridad cuál es su postura: "No voy a sentarme ahí, como hace Putin en Rusia, y decir al (nuevo) presidente lo que debe hacer", aseguró con su habitual contundencia el futuro ex jefe de Gobierno de Irlanda del Norte.

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