El polvorín asiático Más de 200 insurgentes han sido abatidos en Pakistán en las últimas 24 horas

Talibanes y armas nucleares

  • Crece el temor en la comunidad internacional, y en especial en Estados Unidos, por la posibilidad de que el arsenal atómico paquistaní caiga en manos de los insurgentes

El incremento de la actividad armada de los rebeldes talibanes de Pakistán (más de 200 han muerto en las últimas 24 horas en operaciones militares de las fuerzas de seguridad) ha multiplicado la preocupación internacional acerca de la seguridad del arsenal nuclear paquistaní.

La seguridad de este tipo de armas estuvo presente en las conversaciones que esta semana mantuvieron el Washington el presidente norteamericano, Barack Obama, y su homólogo paquistaní Asif Ali Zardari.

Aunque el representante especial de EEUU para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, dijo que Pakistán no es un Estado fallido, reconoció que afronta una "enorme prueba" por el avance talibán y una "enorme presión" social, económica y política. "No podemos tener éxito en Afganistán sin el apoyo y la implicación de Pakistán", agregó. Pakistán realizó sus primeras pruebas nucleares en 1998 como respuesta a los tests atómicos llevados a cabo por su vecina India.

¿CUÁL ES LA POSTURA DE ESTADOS UNIDOS?

Obama asegura que confía en la seguridad del arsenal nuclear paquistaní pero no puede ocultar "su grave preocupación" sobre el desarrollo de los acontecimientos si el Gobierno paquistaní no es capaz de controlar la situación.

A pesar de ello, The New York Times informaba el lunes sobre el incremento del nerviosismo entre los funcionarios norteamericanos acerca de la posibilidad de que los talibanes se peudan hacer con bombas atómica que se desplacen o a que tengan infiltrados simpatizantes en los laboratorios o en las plantas de fabricación de combustible nuclear. Los analistas paquistaníes creen que el Gobierno de Estados Unidos está presionando a Islamabad para que ponga en marcha todos los mecanismos que desactiven la amenaza de los talibanes.

¿CUÁL ES LA POSICIÓN PAQUISTANÍ?

Pakistán considera que tales temores son "infundados" y que su control sobre los sistemas nucleares es completo. Muchos paquistaníes creen que el objetivo último de EEUU sería confiscar las armas nucleares paquistaníes y los analistas creen que las informaciones del temor de EEUU sobre la situación alimentan tales teorías de la conspiración.

¿QUIÉN CONTROLA LAS ARMAS?

Pakistán no proporciona muchos detalles acerca de su arsenal nuclear. Los analistas consideran que Islamabad posee un mínimo de 50 y un máximo de 150 de estas bombas. Las armas están bajo el control de la División Estratégica. En una inusual rueda de prensa, el director general de la División, el general retirado Khalid Kidwai, aseguró que no existe la más mínima posibilidad de que las armas nucleares caigan en poder de los talibanes. La División Estratégica tiene por encima al Mando de Autoridad Nacional dirigido por el presidente del país y en el que el primer ministro actúa como vicepresidente. Los miembros más importantes del Gobierno y los jefes del Ejército, la Marina y la Aviación también son miembros de este organismo, que controla todos los aspectos del programa nuclear, incluido el despliegue y, si fuera necesario, la utilización de estas armas.

¿DÓNDE ESTÁN LAS ARMAS?

Las armas, diseñadas para ser lanzadas con misiles o cazabombarderos, están almacenados en lugares secretos, la mayor parte de ellos en la región del Punjab, lejos de la zona norte del país que es donde se encuentra la mayor concentración de talibanes aunque en los últimos meses la infiltración de las rebeldes ha crecido en la zona. Otros silos nucleares, incluido el principal laboratorio nuclear de Kahuta, están relativamente cerca de la capital.

¿QUIÉN LAS PROTEGE?

Pakistán tiene destinados a 10.000 soldados y la División Estratégica posee su propio servicio de información. El personal que trabaja allí ha sido sometido a un exhaustivo proceso de selección, en el que se incluyeron estudios políticos, morales y financieros y tests psicológicos para los 10.000 trabajadores. Los servicios de seguridad mantienen una estrecha vigilancia sobre los 2.000 científicos que trabajan en zonas ultrasensibles. La Agencia de la Energía Atómica nunca ha informado de ningún incidente nuclear en Pakistán. El control paquistaní permite que un posible lanzamiento nuclear pueda ser abortado en el último momento. Incluso si un piloto traidor quisiera lanzar una bomba, no tendría acceso al código secreto para armar la cabeza nuclear

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