Francia El 79% de los franceses están descontentos con el Gobierno

Sarkozy se examina

  • El jefe de Estado conservador se asoma hoy a la televisión para explicar las reformas emprendidas y perfilar las futuras casi un año después de su elección

Con una popularidad muy castigada casi un año después de su elección, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se asoma hoy a la televisión para explicar las reformas emprendidas y perfilar las futuras y tratar de poner su acción en perspectiva.

La política interior centrará la mayoría de las preguntas, pero debería haber tiempo para los temas internacionales -como la tensión con China sobre el Tíbet y los Juegos Olímpicos, la situación en Oriente Próximo o la futura Presidencia francesa de la Unión Europea- y las crisis financiera y alimentaria en el mundo.

Los 90 minutos anunciados de la entrevista televisada del jefe de Estado conservador, en hora de máxima audiencia, será una ocasión para tratar de mejorar su imagen ante la sucesión de sondeos muy desfavorables sobre su primer año en el cargo.

Elegido el 6 de mayo de 2007 con más del 53% de los votos frente a la socialista Ségolène Royal, Sarkozy sucedió a Jacques Chirac en la Presidencia de la República 10 días después.

Con un 79% de los franceses descontentos con su balance, según un sondeo de Ifop para la revista Paris Match, Sarkozy es el más impopular de los presidentes de la V República con un año en el cargo.

Los principales reproches que los franceses lanzan a su presidente a través de las encuestas son de forma y de fondo.

Sobre la forma, critican la "escenificación" y "mediatización" propias que el "omnipresidente" protagonizó durante largos meses hasta que, ante la bajada en picado de su popularidad desde comienzos de año, sumada a la derrota de sus filas conservadoras en las elecciones locales de marzo, se ha vuelto más discreto.

Sus asesores ven también en el cambio de estilo de Sarkozy la influencia de su nueva esposa, la cantante y ex modelo italiana Carla Bruni, con la que se casó en febrero, tres meses y medio después del divorcio de su segunda esposa, Cécilia Ciganer.

Sobre el fondo, el mayor reproche de los franceses es que ha incumplido sus promesas de campaña, en particular la mejora del poder adquisitivo.

Así, un 53% de los encuestados por Ifop opina que las medidas que ha puesto en marcha han "deteriorado" su poder adquisitivo y un 80% piensa que no le quedará más remedio que lanzar un plan de rigor.

Más grave quizás, un 58% duda de la capacidad de Sarkozy para poner en marcha las reformas necesarias para el país.

"Un año después de una campaña electoral victoriosa basada en el voluntarismo y la ruptura, Sarkozy paga caro el coste de las desilusiones que su mandato ha suscitado", opina Ifop.

En política exterior, el presidente recibe buenas notas por iniciativas como el proyecto de Unión por el Mediterráneo, la mejora de las relaciones con Estados Unidos, la futura reintegración de Francia en el mando militar integrado de la OTAN o la ratificación del nuevo tratado europeo. En cambio, el envío de refuerzos a Afganistán suscita una fuerte oposición.

"Qué importa su popularidad hoy. Lo esencial es que las reformas de fondo sean llevadas a cabo antes del fin de su mandato" (en 2012), ha dicho un portavoz del partido conservador de Sarkozy (UMP), Dominique Paillé, que es también consejero del Elíseo.

Es ahora cuando el presidente francés y su Gobierno van a entrar en la parte álgida de reformas con un fuerte potencial de conflictos: la sanidad, las pensiones, la reorganización de las fuerzas armadas, la función pública o el medio ambiente.

Ello, en un entorno económico deteriorado, con un déficit público que no deja ningún margen de maniobra, y cuando ya hay varios sectores revueltos, entre ellos la enseñanza.

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