El Parlamento alemán investiga desde ayer las circunstancias que rodearon el bombardeo en las cercanías de la ciudad afgana de Kunduz en septiembre, en el que murieron hasta 142 personas, muchas de ellas civiles, y que forzó la dimisión de altos cargos de Defensa.

Durante los próximos meses, la comisión parlamentaria de Defensa -que ha pasado a asumir la tarea de una comisión de investigación- intentará dilucidar si el Gobierno ocultó información y cuáles fueron los errores militares que se cometieron.

Algo de claridad arrojó ya ayer una interpelación parlamentaria, en la que quedó claro que el Ministerio de Defensa tan sólo informó a la canciller alemana, Angela Merkel, de los detalles de la operación cinco días después de realizarse el primer informe oficial.

Los problemas de comunicación será uno de los asuntos que se abordará en la citada comisión.