La ONU denunció este lunes que los combates de este fin de semana en el último reducto de la guerrilla tamil en el norte de Sri Lanka han causado un "baño de sangre" con la muerte de 380 civiles, al menos 100 de ellos niños.

"Damos por buenos los datos de doctores del Gobierno presentes en la zona, que denunciaron la muerte de 380 personas. Más de 100 niños están entre los fallecidos", dijo por teléfono el portavoz de la ONU en Sri Lanka, Gordon Weiss.

Acusaciones mutuas

Weiss aseveró que la ONU "no atribuirá" la responsabilidad por la matanza, de la que Gobierno y guerrilla se acusan mutuamente.

Tras recordar que hay entre 50.000 y 100.000 civiles atrapados en el último reducto de la guerrilla, contra el que el Ejército lanzó hace unas semanas su ofensiva final, añadió que "la ONU ya había avisado de que habría un baño de sangre porque están en medio de los combates".

Un trabajador humanitario sobre el terreno dijo que es "imposible" saber lo que está pasando en la zona de combates porque no hay observadores en ella.

Pero añadió que el único que tiene "capacidad militar para bombardear desde el aire es el Gobierno".

Los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) resisten en una franja costera de apenas cuatro kilómetros cuadrados del distrito de Mullaitivu, en el norte de Sri Lanka.

El Gobierno ha negado reiteradamente que esté empleando artillería pesada o bombardeos de la aviación contra el reducto y ha acusado a la guerrilla de escudarse en la población civil e impedirle abandonar la zona.