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Juppé se lanza a la ofensiva para liderar el centroderecha francés

  • Fillon es el favorito en las primarias de mañana

  • Los dos candidatos insisten en un objetivo común: frenar a la ultraderecha

El ex primer ministro francés Alain Juppé emprendió el jueves una ofensiva cordial pero firme contra su rival en las primarias del centroderecha francés, François Fillon, en su único debate a dos antes de que los electores acudan mañana a las urnas.

Tras una semana en la que el cruce de acusaciones le pasó factura, Juppé se revistió de diplomacia pero no escatimó las críticas contra el también ex jefe de Gobierno conservador, que en la primera vuelta el pasado domingo encabezó el escrutinio y parte como favorito en la segunda.

Ambos ahondaron en sus respectivos proyectos para el país comenzaron suaves pero viraron por momentos en un ajuste de cuentas personal y político.

Fillon, al que los sondeos dan el 65% de las intenciones de voto mañana, criticó que estos últimos días se le haya tachado de homófobo o reaccionario, y se mantuvo a la defensiva también ante las preguntas de los periodistas, a los que acusó varias veces de caricaturizar su programa.

Tras los tres debates anteriores entre los siete candidatos iniciales, este nuevo encuentro televisado permitió profundizar más en su visión sobre su método de gobierno, la sociedad francesa, el futuro del país y su política exterior.

Los dos coinciden en la necesidad de facilitar los despidos, reducir el número de funcionarios, aumentar la jornada laboral o subir el IVA, pero sus respectivos matices hacen que el plan de Fillon sea tachado de radical y el de Juppé de demasiado prudente.

"Suprimir 500.000 funcionarios es imposible", le dijo a Fillon Juppé, que en su programa aboga por un recorte de 250.000 puestos y aboga por llevar a cabo reformas "sin brutalidad".

El primero subrayó que "Juppé se inscribe en el sistema" y que las modificaciones que propone "no cambiarán fundamentalmente el país, al borde de la revolución".

La divergencia de opiniones se hizo evidente también al hablar de seguridad interior, ante la que Fillon ve innecesario aumentar el número de efectivos policiales, o de política exterior, donde la postura de Juppé es más firme contra Rusia o el régimen sirio.

Pero ambos coincidieron en la importancia de frenar a la ultraderecha y de que su familia política se mantenga unida. "Nunca hemos ganado unas elecciones si no hemos juntado el centroderecha. Es eso lo que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Conozco a muchos franceses decepcionados con nosotros que votaron a Hollande en 2012, y no eran socialistas", apuntó Juppé.

Fillon añadió su intención de reducir el número de ciudadanos "tentados por los extremismos", y admitió que no se escuchó lo suficiente a quienes reclaman más seguridad y libertad, y respeto hacia "sus valores, identidad y cultura".

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