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"Formamos parte de este país"

Para los inmigrantes que viven en EEUU sin un permiso de residencia, la noche electoral se convirtió en pesadilla: la seguridad que esperaban de una victoria de Hillary Clinton se desvaneció con la elección de Donald Trump.

La campaña del republicano destacó por sus amenazas de deportación a los 11 millones de indocumentados del país, así como los insultos a los migrantes mexicanos, además del muro que prometió construir en la frontera con México.

Sin embargo, los latinoamericanos afectados no piensan rendirse: en las redes sociales lanzaron una campaña con el hastag #HereToStay, algo así como "estamos aquí para quedarnos".

Los latinos están dispuestos a defender sus logros sin concesiones, asegura Marielena Hincapie, que encabeza la organización estadounidense National Immigration Law Center, que trabaja por los derechos de los migrantes. "Estamos dispuestos a hacer frente a Trump", añade Betty, una activista de Arizona. "No son sus EEUU, son nuestros EEUU y nosotros hacemos que sea un país mejor".

La activista cubanoestadounidense Gabriela Noa Betancourt está convencida de que los latinos seguirán ampliando su poder político. "Formamos parte de este país y no nos marcharemos", afirma. "Sí, se puede", añade. "Yes, we can".

Menos combativa se muestra Miriam, una joven mexicana de 26 años que vive en EEUU desde los 10. Hasta el miércoles tenía mucha confianza en su futuro, a punto de estudiar su primer año en la renombrada Universidad de California en Los Ángeles, UCLA, después de que las autoridades le concedieran un permiso de trabajo. Miriam, que no tiene permiso de residencia, quería enseñar inglés a otros migrantes, ayudarlos a aprender la lengua. Pero entonces Trump ganó las elecciones y todo se convirtió en incertidumbre. "No conozco ningún otro lugar", cuenta con lágrimas. "Si tuviera que volver a mi país de origen no estaré en casa".

La joven no quiere mencionar su apellido por miedo a una deportación. Miriam es una de los 728.000 migrantes que carece de los papeles válidos para residir en el país, donde llegó cuando era una niña y que hasta ahora estuvo protegida de la deportación gracias a un decreto de Obama. Pero Trump amenazó en la campaña electoral con revocar esa orden ejecutiva, conocida como Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).

Antes de las elecciones, los analistas confiaban en que el creciente grupo de latinos impidiera la llegada a la Casa Blanca del outsider e inexperimentado candidato. Pero eso no ocurrió.

Mientras la cuota de población de habla hispana alcanzó un récord en la votación adelantada, se estancó durante la jornada electoral, dejando la participación total de los latinos en un 11%, un cambio mínimo desde 2012. Y pese a la retórica antimigratoria de Trump, el 29% de los latinos votaron por el republicano.

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