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El Congreso de EEUU dificultará a Obama el acercamiento a Cuba

  • El levantamiento del embargo está en manos del Legislativo, que en enero estará controlado por republicanos El establecimiento de relaciones sí está entre las atribuciones del presidente

Pese al anuncio del presidente de EEUU, Barack Obama, de normalizar las relaciones con Cuba, un posible levantamiento del embargo que pesa sobre la isla, principal escollo entre ambos países, está en manos del Congreso.

A diferencia de las medidas ejecutivas que puede adoptar el presidente de modo unilateral, el embargo económico impuesto a Cuba en los años 60, que se reforzó en 1996 con la Ley Helms-Burton, no puede ser levantado sin la aprobación del Congreso.

Esa eventual aprobación no será nada fácil, dado que la oposición republicana controlará la Cámara de Representantes y el Senado a partir de enero.

El presidente anunció el miércoles una serie de medidas que incluyen la flexibilización de las restricciones a los viajes y el comercio bilateral, así como el aumento de las remesas que reciben los cubanos desde territorio estadounidense, y pidió al Congreso que inicie un debate "serio y honesto" sobre el embargo económico.

Durante décadas, el embargo se ejecutó por decretos presidenciales, pero después de que aviones de la Fuerza Aérea de Cuba derribaran dos avionetas del grupo anticastrista Hermanos al Rescate en 1996, el Congreso, con el apoyo del presidente Bill Clinton, lo amplió con la Ley Helms-Burton.

Legisladores republicanos por Florida, donde se concentra la mayor parte de la comunidad cubana, criticaron duramente la decisión de Obama y advirtieron que se reservan "todo tipo de acciones" para bloquear en el Congreso la decisión del presidente de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba.

El senador de origen cubano Marco Rubio dijo que hará todo lo que esté en su mano para evitar el cambio de política hacia Cuba y aseguró que el Gobierno "tendrá dificultades" para encontrar los votos necesarios para que el Legislativo apruebe fondos para una embajada en La Habana y la designación de un embajador.

Junto a él, también se oponen otros legisladores republicanos de peso como Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart e incluso demócratas como el senador Bob Menéndez, que consideró que las medidas de Obama son "una recompensa que un régimen totalitario no merece".

La secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, defendió el jueves que el establecimiento de relaciones diplomáticas completas con Cuba está dentro de los límites legales de las atribuciones del presidente.

Jacobson explicó, en una rueda de prensa en el Departamento de Estado, que estos anuncios no tendrán efecto inmediato y que la restauración de las relaciones diplomáticas se tienen que desarrollar junto con el Gobierno cubano.

En cuanto a las remesas y las licencias de viaje, indicó que deben hacerse cambios regulatorios en los que el Departamento del Tesoro y de Comercio y otras agencias ya están trabajando, por lo que no entrarán en efecto hasta que se publiquen.

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