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Bush defiende la guerra de Iraq aunque reconoce "el alto coste en vidas y dinero"

  • El presidente cree que la intervención "era necesaria" y que "derrocar a Sadam Husein fue la decisión correcta" · El mandatario asegura que "éste es un conflicto que Estados Unidos puede y debe ganar"

El presidente de EEUU, George W. Bush, reconoció ayer el alto coste económico y en vidas que ha provocado la guerra de Iraq, iniciada hace cinco años, pero dijo que la invasión fue una decisión acertada y necesaria que no lamenta.

"Nadie puede discutir que esta guerra ha tenido un alto coste en vidas y en dinero, pero esos costes eran necesarios cuando consideramos el coste que tendría la victoria de nuestros enemigos en Iraq", dijo Bush en un discurso pronunciado en el Pentágono.

La guerra de Iraq, en la que han muerto casi 4.000 soldados estadounidenses, se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza para la administración Bush, no solo por los más de 400.000 millones de dólares de coste, sino también por el creciente rechazo que existe en la sociedad estadounidense.

Ayer mismo, grupos de pacifistas y activistas de todo el país convocaron concentraciones y manifestaciones en las grandes ciudades, para pedir el fin de la contienda y exigir responsabilidades. Este sentimiento antibélico que vive buena parte del país se ha traducido en una fuerte caída en la popularidad del presidente.

Ayer, al conmemorar el quinto aniversario de la invasión de Iraq, Bush insistió en que "derrocar a Sadam Husein fue la decisión correcta", y aseguró que "ésta es una guerra que Estados Unidos puede y debe ganar".

En referencia a las posturas demócratas, el mandatario dejó claro que "no podemos rendirnos ante la cara del terror. Sabemos que, si no actuamos, la violencia que está consumiendo a Iraq empeorará, se extenderá, y puede llegar a niveles de genocidio".

Por ello, dijo, el Gobierno decidió en enero de 2007 acometer un fuerte incremento en las tropas desplegadas en Iraq, medida que permitió dar un giro a la situación en el país y "abrir la puerta a una victoria estratégica en la guerra contra el terror", indicó Bush.

Ahora, un año después de este aumento de las tropas, "el éxito que estamos viendo en Iraq es innegable, aunque algunos en Washington piden la retirada".

Bush insistió en su intervención en que la retirada ahora es impensable, porque esta acción sería aprovechada por Al Qaeda para ocupar ese vacío y convertir el país en un santuario terrorista.

Como alternativa, Bush defendió la estrategia actual de reducir la violencia y ayudar al "pueblo iraquí a establecer su democracia". "Un Iraq libre permitirá luchar contra los terroristas en lugar de darles acogida" añadió.

La conmemoración del quinto aniversario fue aprovechado por los demócratas Barack Obama y Hillary Clinton para cargar contra el candidato republicano a la presidencia, John McCain, quien respalda la estrategia bélica de Bush, y para insistir en sus plantes de hacer regresar a las tropas cuando lleguen a la Casa Blanca.

"Justo ayer vimos cómo McCain confundía a los suníes con los chiíes, y a Irán con Al Qaeda. Será por eso que votó a favor de invadir un país que no tenía lazos con Al Qaeda", dijo ayer Obama, quien prometió retirarse de Iraq y recuperar las alianzas internacionales perdidas si llega a la Presidencia.

Hillary Clinton, por su parte, ha insistido en el alto coste que ha supuesto la guerra, un dinero, dijo, "que hubiera permitido dar asistencia sanitaria a los 47 millones de estadounidenses que no tienen seguro, resolver la crisis hipotecaria y dar ventajas fiscales a decenas de millones de familias de clase media".

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