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Abbas cierra el congreso de Al Fatah apelando a la "legítima defensa"

  • El presidente de la Autoridad Nacional palestina sale fortalecido del encuentro al haberse 'librado' de los personajes que encarnaban la corrupción · Barghuti, Dahlan o Erekat entran en la nueva dirección

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, excluyó ayer reanudar negociaciones con Israel si no detiene la colonización e insistió en el derecho de su pueblo a la "legítima defensa".

A la salida de la primera reunión del nuevo equipo directivo de su partido Al Fatah en la localidad cisjordana de Ramala, Abbas afirmó que "toda negociación debe estar basada en el respeto de las partes, sobre todo de Israel, de los compromisos adquiridos en el marco de la Hoja de Ruta (...) y en primer lugar en el cese de la colonización bajo todas sus formas y sin excepción en Jerusalén y en el resto de los territorios ocupados".

"Nuestro pueblo es partidario de la opción de la paz, pero se reserva el derecho de recurrir a la resistencia legítima, garantizada por el derecho internacional, contra la ocupación y la colonización, y para alcanzar sus objetivos que son la libertad, la independencia y la creación de su Estado", añadió.

También tuvo palabras para saludar los "esfuerzos del presidente (estadounidense) Barack Obama y su insistencia en la necesidad de la creación de un Estado palestino y del cese total de la colonización".

Aprovechó asimismo para afirmar que el Congreso de Fatah, que trajo sangre nueva a su ejecutivo por primera vez en veinte años, había sido "un gran éxito".

"Marca el inicio de un proceso de reforma", dijo Abas, quien se mantiene a la cabeza del movimiento fundado por el líder histórico Yasser Arafat a finales de los años 1950.

Al Fatah monopolizaba el poder en la Autoridad Palestina antes de que el movimiento islamista Hamas ganara las elecciones legislativas de 2006 y lo expulsara al año siguiente de la Franja de Gaza. Desde entonces su poder se limita a la Cisjordania ocupada por Israel.

El partido también estaba minado por las luchas entre clanes y la indisciplina que han acelerado su declive desde el fallecimiento de Arafat en 2004.

Las elecciones han permitido la entrada de directivos de la nueva generación. Es el caso de Marwan Barghuti, encarcelado en Israel, y de figuras destacadas de los servicios de seguridad como Mohammad Dahlan y Jibril Rajub.

Durante el congreso, Abbas fue de los pocos defensores del llamado proceso negociador de Annapolis, iniciado en medio del escepticismo a fines de 2007 bajo los auspicios del anterior presidente de EEUU, George W.Bush, y que tenía como meta alcanzar en doce meses un acuerdo de paz.

Ese proceso era el esfuerzo más serio en una década para crear un Estado palestino pero descarrilaba a tres meses de cumplirse el plazo previsto, cuando en septiembre de 2008 un escándalo de corrupción provocó la caída del anterior Gobierno israelí.

El fracaso de una negociación en la que casi nadie creía aparte de él, una sonada derrota electoral y la pérdida del control de uno de los dos territorios palestinos no han impedido que los 2.500 compromisario del congreso renovaran el sábado el mandato de Abbas.

Y por aclamación.

La caída de la vieja guardia tiene su símbolo en Ahmed Qurea, que se ha quedado fuera de la cúpula de la organización.

Qurea ha ocupado varias veces el cargo de primer ministro en la ANP y ejercía de virtual número dos de Al Fatah; a su desempeño en ambas responsabilidades se atribuye la fama de prácticas corruptas que ha llevado al movimiento a sus horas más bajas.

La entrada en las principales instancias de poder de Al Fatah de la denominada "nueva guardia", compuesta por las generaciones más jóvenes del movimiento, no implica, sin embargo, que Abbas vea menguada su capacidad interna de maniobra.

Liderada por dirigentes como Maruan Barghuti, Mohamed Dahlan y Saeb Erekat, la nueva guardia suscribe la apuesta de Abbas por la negociación pese a un discurso que no excluye la resistencia, y nada indica que la actual línea moderada de Al Fatah vaya a dar un giro.

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