Ya hemos podido conducir el nuevo Opel Crossland X, la apuesta de la firma alemana –ahora en manos de PSA- para luchar en el segmento de los monovolúmenes de tamaño pequeño. Una toma de contacto, en los alrededores de Venecia (Italia), que nos ha servido para obtener las primeras conclusiones.
Conclusiones como, por ejemplo, que el nuevo Opel Crossland X busca unir lo mejor de dos mundos: los monovolúmenes y los SUV. La firma alemana es consciente de que los monovolúmenes tienen cada vez menos adeptos. Hasta el mes de abril, la caída de este tipo de coches en España se ha situado entre el 15 y el 25%, dependiendo del tamaño.
Destaca por su espacio interior, modularidad y maletero.
Por el contrario, en este mismo período las ventas de todocaminos han crecido entre un 15 y un 40%, también dependiendo de si son pequeños o medianos. Por este motivo, es totalmente comprensible que marcas como –Peugeot, Renault u Opel- estén reorientando su gama para que sus modelos sean cada vez más SUV y más todocaminos y menos monovolúmenes.
De ahí la llegada de este Opel Crossland X como sustituto del Meriva, que ha estado a la venta durante 14 años. Este nuevo modelo, por tanto, mantiene algunas de las cualidades de los monovolúmenes –como el espacio interior y la versatilidad-, y lo adereza con una estética SUV. Y decimos que lo adereza sólo con la estética, porque, en realidad, es principalmente eso: imagen.
El Crossland X no destaca especialmente por sus aptitudes de todocamino. Entre otras cosas porque no cuenta con elementos como la tracción total o 4x4, que sí se ofrece en otro modelo de la marca, como es el caso del Mokka X, que también está siendo otro éxito de ventas.
La posición de conducción es algo elevada.
Otra característica del Crossland X que también comparten muchos SUV es la posición de conducción. Se trata de una posición elevada, dominante, pensada para que tanto el conductor como el acompañante tengan una buena visibilidad y dominio al volante. Y cierra la lista de semejanzas respecto a los SUV una razonable altura libre al suelo y una estética llamativa, basada en prominentes pasos de rueda, llantas de gran tamaño, elementos que simulan una cobertura de los bajos, etcétera.
Hasta aquí, los parecidos con el SUV. ¿Y respecto a los monovolúmenes? ¿En qué se parece? Pues, realmente en mucho. Por ejemplo, en el espacio interior. Y aquí es donde el Crossland X da lo mejor de sí mismo, sobre todo en lo que a distancia libre al techo se refiere. Con un total de 104 centímetros libres en las plazas delanteras y cerca de 94 centímetros libres en las traseras, el Crossland X es de los mejores modelos de la categoría.
La segunda fila de asientos se puede desplazar 15 centímetros.
De hecho, en él podrán viajar hasta cuatro adultos con total confort de marcha y sin temor a que rocen con su cabeza en el techo, incluso si rondan los 1,85 metros. Donde el Crossland X pasa algo más de puntillas es en el apartado de anchura. En este sentido los cerca de 135 centímetros disponibles delante y los 130 traseros le convierten en un coche algo estrecho.
Como contrapartida, es versátil puesto que la segunda fila de asientos se puede desplazar un total de 15 centímetros para ofrecer más espacio para las piernas de los ocupantes o, por el contrario, mayor espacio de carga en el maletero. Un maletero que, por otra parte, destaca por sus formas regulares y una buena capacidad de carga, con sus 410 litros.
Además, y esto es otra particularidad de los monovolúmenes la segunda fila de asientos se puede reclinar en varias posiciones, con una configuración del 60/40. Y por medio de una palanca se puede plegar por completo en menos de un segundo.
A ello hay que añadir que el nuevo Crossland X se caracteriza por ser un vehículo muy cómodo, fácil de conducir y versátil para el día a día. De hecho, es tan cómodo y práctico que pensamos que puede ser un modelo muy equilibrado para familias con uno o dos hijos y que busquen un coche para el día a día y también le sea útil en fines de semana y vacaciones.
Al volante
En esta primera toma de contacto hemos podido conducir dos variantes. Hablamos del 1.2 Turbo con 110 CV y cambio automático y el 1.6 de 120 CV y cambio manual. De todos ellos, nos parece más recomendable por su finura y confort de marcha el gasolina –también está disponible con cambio manual-.
Es silencioso, presenta unos bajos razonables, se estira incluso hasta las 6.000 vueltas y siempre que se circule a un ritmo tranquilo los consumos no son elevados: entre 5,5 y 6,5 litros dependiendo del tipo de conducción que se realice y el tráfico.
El diésel es algo más rumoso, el rango de utilización es más pequeño, pero a cambio la respuesta es algo más poderosa y el consumo puede bajar hasta aproximadamente los 4,5 litros. Eso sí, con un equipamiento y una potencia similar el diésel es aproximadamente unos 1.100 euros más caro.
Elevado equipamiento
Otro aspecto que nos ha gustado mucho en esta primera prueba del Crossland X es su equipamiento elevado, tanto en seguridad como en confort y entretenimiento. Por ejemplo, en materia de seguridad, todos los Crossland X incorporan elementos como el ESP, ABS, control de tracción, control de presión de los neumáticos, sistema de llamada de emergencia Opel On Star, alerta por cambio involuntario de carril, detector de señales de tráfico, etcétera.
Y por último los precios y las especificaciones de cada versión. Se pueden consultar en los siguientes enlaces:
Opel Crossland X 1.2 81CV Selective - 18.042 euros
Opel Crossland X 1.2T 110 CV Ecotec Selective - 19.582 eurosOpel Crossland X 1.2 130 CV Selective - 19.862 eurosOpel Crossland X 1.6T 99 CV Selective - 20.202 euros
Opel Crossland X 1.2T 110 CV Excellence - 20.962 eurosOpel Crossland X 1.6T 99 CV Excellence - 21.302 euros
Opel Crossland X 1.2 130 CV Excellence Automático - 22.582 euros
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