Cien años después de la primera edición del cancionero del Llibre Vermell, que hizo Gregorio María Suñol en 1917, Maricarmen Gómez Muntané, la mayor especialista en la música de la Corona de Aragón durante el Medievo, presenta su segunda edición del manuscrito (la primera era de 1991), espoleada por la aparición reciente de algunas fuentes que aportan nueva luz sobre las dificultades de interpretación del original, en lo que hace sobre todo al ritmo.

El breve cancionero (diez obras) vinculado al Monasterio de Montserrat y sus peregrinos, copiado seguramente en 1398, es uno de los más singulares de toda la Edad Media por su mezcla de piezas de carácter popular (pensadas para el canto y el baile comunitarios) y cortesano (algunas vinculadas al ars nova), monódicas y polifónicas, su variedad idiomática (latín, occitano, catalán) y la presencia de la que puede ser primera danza de la muerte conservada. Además de la reproducción facsimilar y la edición crítica, Gómez Muntané contextualiza en su estudio preliminar cada una de las piezas desde el punto de vista histórico, literario y musical, trazando un sugestivo dibujo de los puntos de contacto de la cultura musical y devocional europea de finales de la Edad Media, en el que las órdenes mendicantes (sobre todo, los franciscanos) juegan un papel relevante en la producción y difusión de un repertorio que, según Gómez Muntané, está necesitado de interpretaciones alejadas de las fantasías exuberantes al uso y que destaquen que su "belleza emana de su propia sencillez".