Cultura

Como Raphael con zapatos nuevos

  • El intérprete estrenó los temas "a medida" que jóvenes músicos le han diseñado para sus Infinitos bailes, que sale mañana a la luz.

El intérprete Raphael, durante el concierto en la sala Joy Eslava.

El intérprete Raphael, durante el concierto en la sala Joy Eslava. / efe

Chaqueta de cuero a juego con los zapatos nuevos. Raphael, el del Disco de Uranio, el que se revisita con Sinfónica, el nuevo ídolo de los indies, de negro más rebelde que riguroso, se vestía para la ocasión, para dar los primeros pasos de sus Infinitos bailes con los nuevos "trajes a medida", decía, que "catorce jóvenes músicos españoles" han confeccionado ajustando sus versos al talle del artista de Linares, "feliz", confesaba, en la noche del martes en la madrileña Sala Joy Eslava que se convirtió en su particular salón de baile. Danzando Raphael, como niño con zapatos nuevos.

Desde Arenal, 11 a la vuelta de calle Bordadores serpenteaba la expectación por el concierto íntimo y exclusivo de presentación del nuevo disco de la leyenda viva de la música que sale mañana a la venta. Unas ansias que se tornaron en frustración al comienzo de la noche a juicio de un sector del público que impidió el discurso presentación del presidente de Universal en España, Narcís Rebollo, con gritos de "timo" y "estafa". El enfado de los espectadores, que habían pagado más de 80 euros por asistir a la cita a la que acudieron unas 600 personas entre invitados y público, se debió a que vieron incumplidas sus expectativas de cena cocktel y a la situación de relativa lejanía con respecto al escenario.

Sin embargo, en cuanto se avistaron las suelas del zapato que Mikel Izal diseñó para él, los primeros compases de Infinitos bailes, la tensión se rebajó, el público se calmó, y no hubo quien no disfrutó y aplaudió en el concierto. "¡Eres único, Raphael!", sellaba una espectadora la paz.

Con su imitable-inimitable entonación, con toda la regia dignidad con la que pasea el escenario, regalando sonrisas y aspavientos, contando y cantando sus nuevas historias, Raphael, rodeado por sus siete músicos (batería, percusión, teclado, piano, eléctrica, acústica y bajo) hablaba de Raphael a través de la nueva savia que destilan las plumas de sus jóvenes compañeros de profesión.

Si la noche comenzó con el distinguible sonido Izal de Infinitos bailes, melodías con clase besando a sugerentes juegos de palabras, continuaba con la más previsible Aunque a veces duela, primer single del disco que lleva la firma de Dani Martín. Cada septiembre de Vanesa Martín dejaba paso a la primera, y la única vez, que Raphael se dirigió directamente a su público: "Es un placer estar con ustedes una vez más. Nunca había hecho esto, presentar el disco en directo antes de que salga pero me ha gustado mucho sobre todo porque es un disco muy especial que me han hecho 14 compositores españoles jóvenes, cantantes como yo, que me han entendido muy bien haciéndome unas canciones como sastres a la medida". Aplausos y más aplausos, a sus palabras y a sus canciones. Suyas ya en el directo. Trajes a la medida, sí, pero vueltos a ajustar en el estreno hasta que no quedó costura sin teñir del estilo del personal intérprete.

La carta de Rozalén supo al continente hermano, y el Loco por cantar, del líder de Funambulista, Diego Cantero, bebía del espíritu épico de los mejores temas de Manuel Alejandro. Y si La duda desnuda de uno de sus grandes admiradores, y el más experimentado de los autores, Enrique Bunbury, nos dejó imágenes de belleza inusitada, la de "batas de seda ardiendo en las hogueras", la de "torres" clavadas "en el pecho", la de la relación desequilibrada y desequilibrante fuego-amor, minutos antes Raphael no quiso renunciar al atrezzo en un concierto de 40 minutos. Así, en una silla de oficina se acomodó para entonar el Por ser tú de Manuel Carrasco. Para dar vueltas y vueltas como ese fantástico Carrusel de Iván Ferreiro con el que concluyó este aperitivo de Infinitos bailes donde también ponen su talento los andaluces Pablo López (Semilla o flor), Vega (La última ovación) y Virginia Maestro (En pie).

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