El tren en Granada

El cambio en el proyecto en el año 2012 obedeció a la falta de competencia política en el ejercicio de sus funciones

Granada y el tren llevan dos años con los vínculos rotos desde que se cerró la línea de ferrocarril que comunicaba nuestra ciudad con Madrid.

Dos años de aislamiento con la capital de España que están dejando una pésima imagen en relación a la incapacidad de las autoridades del Ministerio de Fomento para atender a Granada como realmente se merece.

Además de este aislamiento, lo peor es que cuando finalmente pueda entrar el primer tren de alta velocidad por la estación de la Avenida de los Andaluces, la ciudadanía de Granada podrá comprobar que es un AVE incompleto.

Total, haber hecho un recorte en el proyecto inicial para al final tener el tren de alta velocidad con al menos unos tres años de retraso, con más coste que el proyecto inicial y sin todos los elementos que definen a la alta velocidad, será el triste legado de Fomento para Granada.

Estoy convencido de que esta triste actuación va a quedar grabada en la memoria de nuestra ciudad y de nuestra provincia. Creo que el cambio que se hizo en el proyecto en el año 2012 obedeció a la falta de compromiso de muchos responsables gubernamentales de Madrid y de Granada; pero sobre todo, a la falta de competencia política en el ejercicio de sus funciones.

Todo el mundo es consciente de que se ha cometido un atropello y una injusticia con nuestra provincia y eso ya no tiene remedio. Lo que pasa es que es imprescindible seguir luchando por una línea de AVE de verdad: una línea en el que sea una realidad la variante de Loja, la doble vía de ancho internacional, el soterramiento de las vías a la entrada en Granada y una estación digna en la ciudad, tal como reivindica el conjunto de la ciudadanía.

Es muy probable que si continuamos con la lucha y la reivindicación, finalmente tengamos en Granada un AVE de verdad. Pero este asunto será uno de los capítulos más tristes de la historia reciente en lo que a dotación de infraestructuras se refiere.

Y, sin duda, convendría hacer un esfuerzo colectivo para evitar que situaciones como esta se vuelvan a repetir, porque Granada y su provincia necesitan aún de nuevos esfuerzos en la dotación de infraestructuras para poder aspirar a no perder el tren del futuro.

Dos años sin tren y algunos meses más van a dejar en Granada un pésimo recuerdo que solo hará justicia a una pésima gestión.

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