Cristina Ex Cifuentes

Si Cristina Cifuentes se convierte en Ex habrá contribuido a desprestigiar todo lo que ha tocado

Ríos de tinta y horas de televisión y radio ocupan los espacios informativos y los debates políticos en los medios de comunicación con motivo del escándalo producido por el asunto del supuesto trato de favor a Cristina Cifuentes para la consecución de un título de Máster en la Universidad Pública Juan Carlos I.

Es un asunto desagradable que desde el primer momento ha generado malestar entre propios y extraños pero que, al tiempo, pone de manifiesto la capacidad de Cifuentes para mostrar una actitud chulesca en relación a las demandas de dar explicaciones que le trasladaba la oposición y buena parte de la opinión pública.

Pero también, Cifuentes y el propio PP han desarrollado una estrategia para defenderse de las acusaciones, sembrando dudas en relación al funcionamiento de la universidad pública española.

El daño sobre la credibilidad de la presidenta de Madrid es tan grande, que me atrevo a pronosticar que más pronto que tarde, Cifuentes se va a convertir ex presidenta ya que las lagunas existentes en sus explicaciones son tan graves como los aspectos comprobados como el hecho de que las actas relativas a la presentación del trabajo de campo se habrían falsificado.

El caso es que si Cristina Cifuentes se convierte en Ex después de tantos días resistiendo, habrá contribuido a desprestigiar todo lo que ha tocado en este periodo de presidencia.

Cifuentes debería ser Ex desde el mismo día de aparecer las informaciones sobre este engaño descomunal. Habría sido una salida airosa y hoy estaríamos hablando y preocupados por otras cosas.

Pero es incomprensible la actitud de Cifuentes sobre todo porque este tipo de escándalos son imposibles de afrontar sin dar la cara. Son tiempos que obligan a responde públicamente de los asuntos que puedan afectar a la imagen de las personas e instituciones y es por eso que un escándalo de este tipo se convierte en una bola de nieve que puede aplastar a quienes estén implicados.

Y en esta caso solo hay una salida digna y razonable: que la presidenta dimita y se convierta en Cristina Ex Cifuentes. Estoy seguro que es lo que será.

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