Comunicaciones aéreas

El vuelo a Sevilla, modelo a copiar en Badajoz y Melilla

  • La línea andaluza sentó las bases de la importancia de subvencionar rutas a las que no llega la iniciativa privada

  • Fue la primera obligación de servicio público ajena a las islas

Es una cuestión de tiempo, quizá de madurez y de disponibilidad de recursos económicos que tanto el Gobierno como las comunidades autónomas asimilen la necesidad de implementar más obligaciones de servicio público (OSP) en los aeropuertos de la red secundaria. Es la mejor herramienta para que no se pierdan líneas estratégicas de baja densidad de tráfico a las que no llega la iniciativa privada. Sin este instrumento fundamental para el desarrollo de la aviación regional no se podría garantizar una adecuada prestación de rutas aéreas regulares en las regiones ultraperiféricas, desfavorecidas, insulares y aisladas, privadas en definitiva de las condiciones de movilidad y cohesión social del resto de territorios. Países como Francia, Noruega, Suecia, Italia o Portugal vienen apostando por el desarrollo y sostenimiento de la aviación regional y de aeropuertos de segundo y tercer nivel a través de la financiación de obligaciones de servicio público mientras que en España este instrumento se ha centrado principalmente en darle continuidad a las comunicaciones ferroviarias y marítimas. Frente a las 57 líneas francesas con OSP (31 subvencionadas) sólo existen 18 en nuestro país de las que apenas cinco cuentan con una dotación económica. Están reguladas por el Consejo Europeo desde el 24 de septiembre de 2008 y la primera que entró en funcionamiento fue la que une Madrid y Estrasburgo a instancias de la propia institución comunitaria para dar cobertura a los eurodiputados y funcionarios que viajaban a la capital europea y la ha venido operando la filial de Iberia Air Nostrum. Poco después se extendió esta figura a las rutas de las islas Canarias y Baleares y se estableció subvención sólo para las que tenían la doble insularidad como los vuelos de La Gomera con Gran Canaria, El Hierro y Tenerife y también para la línea de Mahón a Madrid sólo entre los meses de octubre a marzo. El resto de vuelos con la península se garantizan sin dotación económica, además de contar con descuentos de hasta el 75% del precio del billete para los residentes. Años más tarde, inició su andadura la única ruta dentro de la península, la de Almería con Sevilla, a principios de marzo de 2010. La Junta consiguió respaldo del Ministerio de Fomento y de la Unión Europea, con una inversión de 2,24 millones de euros anuales, para conectar el aeropuerto de El Alquián con la capital andaluza en base a la vertebración territorial y a la histórica demanda social de una provincia considerada como la "ultraperiferia". Almería es casi una isla, con comunicaciones por ferrocarril de otro siglo, y se quiso impulsar un vuelo con Sevilla que ha sentado un precedente a copiar por otras comunidades en nuestro país. Lo ha venido advirtiendo el presidente y máximo accionista de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, desde que se pusiera en marcha la ruta regional en 2010 gracias al empuje definitivo de las andaluzas Magdalena Álvarez y Concepción Gutiérrez al frente del Ministerio de Fomento y de la Secretaria de Estado de Transportes. "Esta ruta de interés público es una fórmula de éxito que se debe mirar en otros aeropuertos porque contribuye a vertebrar territorios y a romper el aislamiento cuando el mercado no cubre el conjunto de necesidades de los usuarios de una provincia", argumentó el responsable de la compañía franquiciada de Iberia. Y los resultados le acompañan. En 2015 se dejó de incurrir más de medio millón de euros del coste anual establecido en 2,24 millones porque cuando hay beneficios no se recurre a la subvención. Ahora se presentan dos oportunidades más para que Air Nostrum mantenga su liderazgo en el segmento de las obligaciones públicas para que los aeropuertos secundarios puedan mantenerse activos con líneas que son estratégicas con el precedente del Almería-Sevilla.

La primera sería la conexión de Badajoz con Madrid y Barcelona, ya aprobada por Fomento a finales del pasado año, con la intención de que entre en vigor este verano con un precio base de licitación de 3,5 millones que asume la Junta de Extremadura. Sería el mismo procedimiento que se aplicó con la administración andaluza. Licita el Gobierno, paga la Junta. Al igual que el vuelo almeriense, los que tendrá Badajoz establecen tarifas de doble frecuencia con precios máximos de 90 y 110 euros con Madrid y Barcelona. También se copian las frecuencias, con ida y vuelta en el mismo día, y horarios de los vuelos. Air Nostrum lleva ya una década operando en Badajoz y será un serio aspirante a hacerse con el contrato. La segunda de las obligaciones de servicio público que se están moviendo para que se pongan en marcha este año es la que conectará Melilla con Sevilla, Almería y Granada. En este caso la tramitación queda condicionada a la aprobación de los presupuestos del Estado de 2018 porque desde la Ciudad Autónoma se ha pedido al Gobierno que la subvencione en su totalidad en contrapartida por los siete millones que se ahorra del contrato de gestión de las líneas marítimas de Melilla con puertos andaluces adjudicados por 0 euros a Transmediterránea. Air Nostrum la ha operado entre 2001 y 2015, si bien tuvo que aparcarla porque no le salían las cuentas. La obligación de servicio público puede ser su salvación. Es la única fórmula para rescatar rutas de interés allí donde se fueron hasta la low cost.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios