naturaleza

La vida nace en Marismas del Odiel

  • El anillamiento de tres pollos de águilas pescadoras recoge el fruto de más de 10 años de trabajo en el Paraje Natural

  • Este año se alcanza un récord de reproducción con 15 ejemplares

La mañana era cálida y taciturna. La melancolía rondaba en el Paraje Natural Marismas del Odiel antes de que el sol terminase de romper con el calor propio de la fecha. La Calatilla sirvió de punto de partida en busca de un nido de águilas pescadoras para llevar a cabo el anillamiento habitual de los ejemplares recién nacidos.

Durante el camino, no mirar a través del cristal del coche se convertía en pecado mortal. Un privilegio de humanidad que Huelva refleja en una marisma rebosante de flamencos rosados que campan como seres vivos libres en su hábitat natural. El tránsito a través de la vegetación de una parte del paraíso natural mostraba el silencio ausente de lo urbano y de contaminación.

Con la llegada a uno de los cinco nidos que están dentro del Paraje Natural, cada movimiento parecía un ritual. Un protocolo medido por los técnicos a la hora de recoger tres pollos con cinco semanas y media de vida para proceder a su anillamiento. "La productividad este año es bastante alta, tenemos quince pollos nacidos", explicaba el ornitólogo José Manuel Sayago. Y es que "estos ejemplares tienen la edad perfecta para anillarlos y dentro de siete semanas volarán perfectamente". Un procedimiento habitual para poder identificarlos ya que "una anilla es de lectura distancia, que a partir de ahora es el carné de identidad del ave, y una anilla metálica que nos indica el país de origen", explicaba Sayago. De esta forma desde el Paraje Natural llevan un seguimiento exhaustivo tanto de las poblaciones invernantes como de la población reproductora.

Durante el anillamiento de los tres ejemplares, José Manuel Sayago tuvo unos colaboradores muy especiales. Los alumnos ganadores del concurso de dibujo del programa A vista de águila fueron los encargados de sumar su granito de arena en cada uno de los pasos del procedimiento a realizar con las águilas pescadoras. "Qué guay", "qué chulo" y "yo quiero ayudar" salieron las exclamaciones desde los pequeños.

Pesar a los ejemplares, sacarles sangre, anillarles y ponerles la caperuza fueron las acciones realizadas a los tres pollos, dos machos, que rondaron el kilo y medio, y una hembra con 1,75 kilos. La anatomía del animal está dispuesta para la caza de peces, ya que sólo se alimenta de ellos, y su capacidad para sumergirse hasta un metro de profundidad en el agua. Y como bien explicó Sayago, el diferente diseño cefálico, hace que no existan dos águilas pescadoras iguales, hecho que caracteriza a un animal que está en una constante recuperación desde que en 2008 naciera el primer pollo como consecuencia del programa de reintroducción puesto en marcha cuatro años antes en el Paraje Natural Marismas del Odiel.

La delegada territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Rocío Jiménez, asistió junto a la representante en Huelva de la Fundación Cepsa, Teresa Millán. Desde de la fundación se dejó claro que "queremos seguir colaborando con la Delegación de Medio Ambiente todos los años que sean posibles", afirmó Millán.

Algunos pollos migrarán a África y no regresarán hasta los 3-4 años a la zona de reproducción. Una especie perdida y que ahora desplegará sus alas en la provincia y a donde quiera su instinto.

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