El tráfico rodado es la principal fuente de ruido en la ciudad de Huelva. Así se recoge en las conclusiones del estudio que acompaña el Mapa Estratégico de Ruido, que apunta a la densidad de la circulación, así como al uso que se realiza del vehículo y la forma de circular del conductor como los principales motivos.

Según se indica en el documento, la reducción del ruido del tráfico y la optimización de la circulación viaria es una de las máximas prioridades del Ayuntamiento de Huelva para minimizar la contaminación acústica en el municipio.

La reducción del ruido del tráfico es una de las máximas prioridades del AyuntamientoLa población afectada es ligeramente superior en los distritos I, II y III65Decibelios Es lo que establecen los objetivos de calidad para el horario diurno y vespertino

Los 147.200 habitantes de Huelva -cifra estimada- están expuestos a lo largo del día, en diferente medida, al ruido del tráfico rodado, tanto el de los ejes viarios de la ciudad, como el de los accesos a la urbe y la H30 y la H31. Del total de población, 51.900 ciudadanos soportan entre 60 y 65 decibelios; 47.500, entre 55 y 60; 25.500, entre 65 y 70 decibelios y 22.200, menos de 55, aunque hay 100 onubenses que tienen que aguantar más de 75 decibelios. Los objetivos de calidad establecen 65 decibelios para los periodos diurnos y vespertinos y 55 para el nocturno.

En cuanto al ruido procedente de la industria, la población está expuesta a menos de 55 decibelios, al igual que ocurre, según se recoge en el Mapa Estratégico de Ruido, con el tráfico ferroviario, correspondiente a la línea ferroviaria que llega a la estación de trenes de viajeros de Huelva, así como a la injerencia producida por la línea de mercancías que transita desde la terminal de mercancías de Huelva hasta la zona portuaria.

El ruido industrial tiene en cuenta la actividad en suelo industrial, es decir, polígonos industriales (incluyendo el Polo Químico de Huelva), así como de las grandes superficies comerciales.

La situación si se unen las distintas fuentes de ruido (tráfico viario, industria y tráfico ferroviario) se traduce en una población de 52.000 personas expuestas a entre 60 y 65 decibelios; 47.400 ciudadanos que soportan entre 55 y 60; 25.500 onubenses que están sometidos a entre 65 y 70 decibelios; 22.200, que aguantan menos de 55 decibelios, y 100, entre 70 y 75.

Respecto a los grandes ejes viarios, aquellos que registran un tráfico superior a tres millones de vehículos por año. 139.800 habitantes están expuestos a menos de 55 decibelios; 5.100 personas, a entre 55 y 60; 1.500 ciudadanos, entre 60 y 65, y 800, entre 65 y 70 decibelios.

Tal y como se extrae de los resultados del Mapa Estratégico de Ruidos de la Ciudad de Huelva, en base a la población expuesta por el ruido total (147.200 personas), y teniendo en cuenta los objetivos de calidad y emisiones acústicas para zonas residenciales, establecidos en 65 decibelios para los periodos diurnos (07:00 a 19:00) y vespertinos (19:00 a 23:00) y 55 decibelios para el nocturno (23:00 a 07:00), "la aglomeración de Huelva, sólo tiene el 12% en el caso del periodo día, el 4% en el caso del periodo tarde y el 5 % en el periodo noche, de población por encima de los objetivos de calidad acústica marcados", apuntó Antonio Pereira, jefe de sección de Actividades Industriales y Medioambientales del Ayuntamiento de Huelva.

Respecto a los distritos más afectados, la distribución de población afectada "es muy proporcional", siendo "ligeramente superior" en la zona comprendida por los distritos I (centro de la ciudad), II (barrios de Marismas del Odiel, Molino de la Vega, Las Colonias y Zafra), y III (barriadas de Isla Chica, Barrio Obrero, Matadero y Pío XII).

Una de las formas más eficientes para reducir el ruido es la correcta planificación de los usos del suelo, por lo que en el documento se propone que en el momento de realizar las revisiones de los Planes Generales de Ordenación Urbana, los Planes Parciales y la implantación de nuevas zonas de ocio y actividades se tengan en cuenta aspectos como: la reducción o control de las nuevas fuentes generadoras de ruido, evitar la generación de tráfico adicional distribuyendo de forma adecuada los usos y la restricción en la utilización de suelos donde se hayan detectado niveles de ruido elevados y la preservación de zonas tranquilas o con niveles aceptables de ruidos.