"Siempre debe primar la medida de acogimiento a las otras previstas en la Ley". Ésa es la premisa principal de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social de la Junta de Andalucía en los casos de desamparo de menores, puesto que "la convivencia y la integración en una familia acogedora de un niño que debe ser separado temporalmente o definitivamente de sus padres o tutores es menos traumático que su estancia en un centro, en un piso o en una casa de protección".

Hasta el día 1 de marzo, un total de 113 familias onubenses participan en el Programa de Acogimiento Familiar de la Administración andaluza, manteniendo vivo su compromiso con los menores a los que han acogido.

Se trata de personas solidarias que, de forma anónima, albergan en su hogar a los chiquillos desamparados, dándoles la oportunidad de desarrollarse en un entorno favorable para su desarrollo personal. Además, los menores pueden mantener la vinculación con su parientes más cercanos, como padres o hermanos.

La duración y las características de cada acogimiento pueden variar en función de las necesidades y circunstancias de cada niño. Existen también distintas modalidades de acogimiento, que pueden ser simples o permanentes.

La familia extensa (parientes del menor) tiene preferencia sobre la ajena, siempre que cumpla los requisitos establecidos para ello que no vaya en perjuicio del niño. Este tipo de acogimiento tiene, en la mayoría de los casos, carácter remunerado. Es decir, que las familias de acogida perciben una cantidad de dinero suficiente para hacer frente a los gastos cotidianos del menor, como su manutención.

Durante el pasado año 2007, fueron 167 las familias onubenses que participaron en el programa de la Delegación Provincial para la Igualdad y el Bienestar Social en Huelva, una cifra que ha caído en los primeros meses de este año, en el que se han registrado 54 participantes menos que en el ejercicio anterior.