Todo Pleno del Ayuntamiento capitalino tiene -aparte de su habitual protocolo y modo de proceder- algunos factores que constituyen su idiosincrasia. Las sesiones no serían lo mismo, por ejemplo, sin que algún edil (ayer lo hizo el popular Francisco Moro) no se lea el periódico en los primeros minutos. Y es que es fundamental estar bien informado de lo que acontece en la jornada y, en esa tarea, las prisas sobran.

Tampoco serían lo mismo las sesiones sin la babilónica concentración -digna de los monjes Shaolin de China- de más de un concejal que prácticamente no levanta la cabeza de su tablet. Pero, para no caer en trascendencias, en este abordaje de las singularidades ocupa también un lugar por derecho propio el inconfundible ruidillo de los envoltorios de esos caramelos que el edil de IU Juan Manuel Arazola se lleva a la boca de vez en cuando.

Porque son largas las horas en el salón y uno se queda seco. Ya se sabe que es tedio el tiempo invertido en debatir y discutir una y otra vez (para terminar aprobando finalmente por unanimidad buena parte de las iniciativas). Pero los plenos se retransmiten por la tele municipal y hay que darlo todo.

De las 34 mociones que ayer se analizaron en la sesión sólo dos fueron rechazadas. El PSOE -con los dos concejales no adscritos- votó en contra de la moción de Mesa de la Ría a la que sumó IU para ampliar la reserva de la Biosfera Marismas del Odiel a todo el término de Huelva y modificar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con la inclusión del cambio de uso industrial del suelo donde se asientan las industrias de la Avenida Francisco Montenegro, a medida que acaben su ciclo de vida. C's se abstuvo y el debate entre los grupos fue airado y tenso.

El equipo de gobierno pidió crear una comisión para ver los efectos de la misma, a lo que el portavoz de Mesa de la Ría, Rafael Gavilán, reprochó que hace unos meses se aprobara el Plan Estratégico, que considera prioritaria la inclusión de la ciudad en la reserva.

Sorprendió el voto favorable a las mociones de los populares, que el 14 de julio de 2017 votaron en contra de una iniciativa similar porque, en palabras de Moro, entonces "no se había consensuado suficientemente" y ahora "la iniciativa la ha llevado a cabo el Gobierno en coordinación con los patronatos de los parajes". Y eso que Moro se jactó de no haberse leído el Plan Estratégico.

Figueroa reprochó el "cambio de chaqueta" del PP y aseguró que Huelva tiene el 40% de su superficie protegida y que no se debe poner freno a seguir creciendo industrialmente porque "Huelva necesita otro tipo de impulso, no sólo hoteles, turismo y gastronomía".

Jiménez fue contundente en su argumentario. "A algunos les tiemblan las piernas, con la industria hemos topado", señaló. El portavoz de IU aseguró que el PSOE está con el patrimonio industrial y no con el natural: "Nos quejamos de que Huelva Empresarial está sin ocupar, así como el PCTH de Aljaraque, pero nos empeñamos en seguir manteniendo inversiones que puedan llegar en una zona industrial que ha quedado claro que la gente quiere que tenga un uso compatible con Marismas del Odiel".