Ayer era día de villancicos y panderetas. Las calles tenían ese ambiente especial de las vísperas de la Navidad. Pero también estaban por la calle recorriendo portal a portal muchas hermandades por sus distintas feligresías, se unían así a las que ya lo hicieron el sábado pasado, o a los jóvenes de la Hermandad de Pasión que iniciaron su campaña de Navidad con bastante tiempo, en noviembre. La verdad es que Navidad debería ser todo el año, porque necesidades las hay cada día y sino ahí están los datos de Cáritas.

La generosidad cofrade también está durante el año, aunque debería ser un proyecto al que se le dedicara más atención y recursos. El obispo, monseñor José Vilaplana, ya ha reclamado la vertiente de la caridad como una de las apuestas fundamentales para las cofradías.

Lo importante es que las hermandades están ahí, haciendo Navidad con el ruido de sus bandas de cornetas, y con la caridad de sus cestas de alimentos. Lo mismo que las cofradías están ahí para que a nadie se les olvide la Navidad, y, además, en muchos balcones se están colgando este año banderolas con la imagen del Niño Jesús. Parece que se hace necesario, como cuando surgieron las cofradías para sacar las imágenes a la calle el manifestar la presencia de Dios a través de las imágenes, ahora vuelve a ser necesario el hacer patente en la calle la realidad de lo que se celebra, para que nadie confunda a la gente. A Papa Noel lo recuperó la Coca Cola para sus anuncios, a los cristianos les toca ahora recordar a muchos qué es lo que se celebra y por eso se saca a los balcones la imagen del Niño Jesús.

En las cofradías sigue siendo Navidad y a sus campañas de caridad, a sus belenes, se une ahora los Niños Jesús de los balcones, una apuesta más de sacar a la calle un testimonio de fe como hacen los cofrades con sus imágenes en sus pasos, con la misma vigencia que hace más de cinco siglos.