VOCESDEHUELVAnoemí sanchís. presidenta del consejo andaluz de colegios oficiales de arquitectura

"El sabor de las ciudades se conserva si se sabe dotar de uso a sus edificios"

  • Defiende la construcción de núcleos urbanos con "alma", con los servicios necesarios para sus habitantes

  • Reclama la presencia de profesionales en la Administración y agilidad en los trámites

Noemí Sanchís en la sede del Colegio de Arquitectos de Huelva.

Noemí Sanchís en la sede del Colegio de Arquitectos de Huelva. / reportaje gráfico: alberto domínguez

Es directa, clara y una fiel defensora del cumplimiento de las obligaciones de cada uno. De ahí que asuma las responsabilidades que la profesión debe aceptar y que, al tiempo, exija sin titubeos "responsabilidad" a las administraciones de las que depende la construcción de las ciudades. Noemí Sanchís comienza una nueva etapa tras su designación como presidenta del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Arquitectura y le respalda una experiencia de cinco años al frente del colegio onubense, (es decana desde mayo de 2012). Su línea será continuista, con puntos clave como la defensa de un trato al profesional "como se merece" y convertir el órgano de representación en un ente más "moderno, participativo y ágil".

-¿Tenemos la ciudad que nos merecemos?

-Tenemos la ciudad que hemos construido. Nos merecemos una mejor. Tendremos lo que nos merecemos cuando nos lo ganemos.

-¿Y qué se necesita para ello?

-Hay que hacer todo lo posible por construir el mejor espacio, incorporando la sabiduría de los mayores. Si conjugamos la sabiduría popular con la educación actual y moderna..., la conseguiremos. Además necesitamos que el ciudadano sea consciente de que su casa no termina en el portal, sino que la ciudad entera es nuestro patrimonio; sólo entonces tendremos la ciudad que nos merecemos.

-¿Hacia dónde debemos ir para alcanzarla?

-Nos queda mucho por hacer. El trabajo urbanístico se ha abandonado. Deberíamos ir a conjugar la calidad de vida de las personas, que sean ciudades con alma, dignas, que ofrezcan los servicios, con simbiosis entre economía y urbanismo. Entender los valores de cada territorio.

-¿Cree adecuada la política de conservación de patrimonio?

-Siempre hemos dicho que es un bien de todos que tenemos obligación de impulsar y defender. Es un motor de desarrollo económico importantísimo para una comunidad como la nuestra. Entendemos que es prioritario porque es de donde venimos y adonde vamos. Pero hay problemas...

-¿Falta financiación?

-No hay ayudas y es muy complicado. Luego, cuando se cataloga un edificio, muchas veces los trámites suponen la muerte del mismo porque son tan lentos que cuando llegan, se ha caído. Otro tema: los propietarios quieren conservarlo pero no tienen dinero, ni acceso a la financiación y no se les agilizan los trámites. En algunas capitales se bonifican las obras para edificios catalogados, en la mayoría no y todo esto no ayuda a la conservación.

-¿Tiene sentido reconstruir un edificio cuando se ha caído?

-Es más interesante su recuperación. A veces se necesitan fórmulas mixtas y si se ha llegado a un punto en el que ya hay ruina técnica, la memoria siempre es importante. El sabor de las ciudades es esencial y los edificios no se pueden tener despoblados, hay que saber dotarlos de uso, de nada sirve un edificio de cartón piedra. ¿Tiene sentido rehabilitar y hacer un centro de interpretación, como tenemos cientos por toda Andalucía, para que nadie vaya? No, no tiene sentido porque vacío se deteriorará igual. Encontrar un uso adecuado es lo importante. Hay que entender que lo que no se usa se destruye.

-Es una fiel defensora de la arquitectura social...

-El desarrollo económico, urbanístico y social van de la mano. Si no, de qué me sirve rehabilitar. Por ejemplo, si pensamos en un museo, hay que ir a un nuevo concepto de museo, con nuevos usos, que la gente entre y salga y lo sienta como suyo, que pueda leer, tomar un café, ver una exposición. Que se incorpore a la vida de la ciudad.

-¿Notan la recuperación?

-Se nota una recuperación lenta. No depende de la construcción sino de que no se ponen todas las medidas necesarias. Ya hay visados de otro tipo, sí, pero hay problemas con el funcionamiento de la Administración.

-¿Ralentiza?

-Mucho. No podemos estar dos años con una inversión. Salvo en Málaga, las tramitaciones de los documentos de los planeamientos son muy lentas. No hay criterios de coordinación claros y hay que ir más allá. El problema es que no hay personal adecuado en las consejerías y delegaciones para tramitar esos documentos. Por muy buena intención que haya, en la Administración no hay personal cualificado, no hay arquitectos, no hay personal con una visión global y entonces se tardan hasta dos años en temas de patrimonio.

-Y mientras tanto se penaliza al propietario...

-En lugar de dar gratificaciones para mantener el patrimonio. No hay acceso a la financiación para esto... Se pone de moda la cooperación y la vivienda protegida, y pasa lo mismo: las condiciones son imposibles, ya no hay avales y no hay ahorro y eso no se tiene en cuenta... Y eso se suma a que hay interpretaciones talibán de los pliegos que se sacan fuera y se pierden los fondos porque no hay tiempo para hacerlos. Hay mucha gente esforzándose en todos los ámbitos, pero no se materializa.

-¿Qué hace falta para lograrlo?

-Confiar en los profesionales adecuados, que sean ellos los que gestionen los informes, tramiten expedientes y pliegos. Tenemos que estar ahí, ya no por luchar contra el intrusismo, que también, sino porque sólo nosotros tenemos la visión global. Se tendrían que estar rehabilitando unas 400.000 viviendas al año en los colegios y más de 150.000 no se visan. Hace falta el reconocimiento de honorarios dignos. Cada vez nos cargan más y no se ha entendido nuestro trabajo y hay una subasta de honorarios pública saque es insostenible. Se nos ha machacado mucho...

-¿La nueva Ley de contratos lo solucionará?

-Sí, hace incidencia en que debe primarse la calidad de la arquitectura y no el precio. Se resuelve en parte con la ley pero yo quiero pedir a las administraciones que las partidas presupuestarias que se asignen sean reales. Tenemos que cubrir costes, pero también vivir como todos los profesionales. Todos tienen que percibir una remuneración adecuada. No se puede exigir calidad gratis y no se puede pedir más responsabilidad y normativas sin que esté acorde con lo que se paga. No se puede jugar con la calidad de los espacios públicos y dotaciones.

-Pide coherencia a la Administración, ¿no?

-Hay que ser coherente, razonable, responsable y ágil. No se puede dilapidar el tiempo en pliegos y que se pierdan fondos.

-Reclama la presencia de personal adecuado en la Administración, pero hubo un tiempo en el que las plazas no se ocupaban...

-Es verdad que hubo un tiempo en que no se presentaban a las plazas, pero eso no es motivo para que la Administración deje de sacar sus plazas. Hay que garantizar la independencia en los procesos y los cuerpos de la Administración tienen que tener personal preparado que garantice el interés general, y nadie mejor que alguien ajeno a la política.

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