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Los rocieros acuden al Jubileo Cintero

  • La Hermandad del Rocío de Huelva promueve una multitudinaria peregrinación a la ermita de la Patrona

  • El Simpecado es custodiado por las Madres Oblatas y visita a la vuelta el Asilo

El Conquero se vistió de Rocío en una mañana que pasará a la historia de la ciudad. La Hermandad de Huelva acudió hasta el santuario de la Patrona de los onubenses para ganar el Jubileo Cintero. Lo hacía con su carreta de plata acompañada de sus hermandades filiales de Alosno, Almería, Villarrasa, Palos de la Frontera, Punta Umbría, Lucena del Puerto, Gibraleón, Bonares, Hinojos, Trigueros y San Juan del Puerto. Escoltaba la carreta la Guardia Civil.

Es el camino por el que la Virgen de la Cinta acude a visitar la ciudad y ahora era el de ida para los rocieros hacia la ermita, recordando aquella jornada del 26 de septiembre cuando la casa de la Hermandad de Huelva se convirtió más que en una sacristía del acto, fue durante todo un día la Casa de la Patrona de Huelva que quedó allí cobijada en su capilla hasta que se celebró el acto de su coronación canónica en la avenida de Andalucía. Aquella alegría es la misma que ayer traían los rocieros con la carreta de plata, en ese sotobosque que crean los eucaliptos centenarios de la Avenida Manuel Siurot, el que fuera hermano mayor de las dos hermandades unidas en ese día, de la Cinta y del Rocío. Un camino que inevitablemente recordaba la frondosidad del arroyo de la Cañada que les lleva a la aldea almonteña, mientras a los ojos de todos la carreta se fundía con el azul de las marismas del Odiel y el cielo inmenso de Huelva.

Los cohetes anunciaban la mañana rociera, que se iniciaba con rezo ante el monumento al San Juan Pablo II, Villamundaka se sumó a la fiesta, como la avenida de San Antonio y su parroquia de Cristo Sacerdote y en el Obispado hubo ofrenda y el rezo del Ángelus. Se le cantó al Simpecado por los balcones y los coros que iban detrás de la carreta.

La llegada del Simpecado la anunciaban en la ermita las campanas de la espadaña en un jolgorio mariano de cercanía. La carreta de plata abrazó en su giro a la Cruz de los Ángeles para quedar enfrentada al santuario; nos recordaba al 8 de septiembre por los nardos que llevaba el Simpecado, tan cinteros en el exorno floral de la Patrona, que en ambos caso realiza artísticamente Antonio Rivera. Allí mismo fue bajado el Simpecado para acceder a la ermita por la Puerta Santa para ganar el Jubileo Cintero, le antecedía una larga comitiva con guiones y estandartes.

Presidió la misa José Antonio Sosa, director espiritual de la hermandad del Rocío, que concelebró con Andrés Vázquez, rector del santuario, y José Manuel Barral. Asistió a la celebración eucarística el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, y presidió por parte de las hermandades de la Cinta Bienvenido González y por la del Rocío Antonio Sánchez de Piña y la hermana mayor Cinta Burguillos.

José Antonio Sosa destacó en su homilía el momento que se vivía de cercanía entre las dos devociones más grandes de Huelva, advocaciones que llenan los corazones de los onubenses: Cinta y Rocío. Se realizó una hermosa ofrenda de flores y una muy generosa de alimentos que fueron llevados hasta el convento de las Madres Oblatas, donde quedó el Simpecado hasta la vuelta. Los rocieros tuvieron una convivencia en la explanada del ferial y por la tarde se vivieron otros hermosos momentos con la vuelta de la carreta del Simpecado por el Parque Moret hasta su casa de hermandad, pasando por el Asilo de Ancianos.

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