Tras varios días en punto muerto y el anuncio de nuevas movilizaciones, el Ayuntamiento movió ayer ficha en el conflicto del centro de inserción sociolaboral Valdocco. Finalmente hubo contacto y compromisos de pago de una deuda municipal (casi 440.000 euros) que está asfixiando a una fundación de la que el Consistorio es patrono desde 1995 y de la que dependen más de un centenar de puestos de trabajo.

Ante la protesta masiva del último Pleno por parte de empleados y voluntarios de la entidad, el alcalde Pedro Rodríguez (PP) y el concejal de Economía, Juan Carlos Adame, mantuvieron ayer una reunión de urgencia con los responsables del centro, garantizando "por escrito" que el equipo de Gobierno abonará a corto plazo un montante que se ha ido sedimentando desde hace nueve años, sin que hasta la fecha hubieran proliferado los compromisos contraídos en anteriores reuniones (tampoco había llegado Valdocco a estos extremos de reivindicación, considerando que la situación actual llega a ser, aseguran, "insostenible" y sujeta a problemas con las entidades financieras, estando ya en la cuerda floja servicios como los pisos de acogidas para niños o talleres de empleo para jóvenes).

Para afrontar el pago de esta deuda en el plazo más breve posible, el mecanismo u operación de tesorería que utilizará el equipo de Gobierno será una modificación presupuestaria, de la que se tendrá que dar cuenta en el Pleno del Ayuntamiento. Antes de dicha convocatoria (programada, en sesión ordinaria, para el miércoles 27 de mayo) los responsables de Valdocco serán llamados a una nueva reunión de seguimiento, en la que se informará del estado del procedimiento.

El tono en el que se desenvolvió el encuentro de ayer alumbra nuevas perspectivas después de un prólogo en el que se radicalizaron las posturas, a juicio del equipo de Gobierno del PP, sobredimensionando las protestas por "manipulación de la oposición socialista".

Como ya avanzó este periódico, la fundación planteó un ultimátum tras la polémica del pasado miércoles, que se saldó con doce horas de reivindicación y un Pleno blindado por una treintena de policías: si el Ayuntamiento no abría la puerta y ayer lunes no se producía ningún "contacto" para abordar el pago de la deuda, los promotores de estas movilizaciones tenían previsto repetir la escena cada lunes, en cada Pleno además y en determinados actos públicos a los que asistiera el alcalde. Una advertencia que ha tenido efecto inmediato, en vista del compromiso que ayer certificó el regidor a la dirección del centro.