tribuna de opinión

'A piñón fijo'

  • En recuerdo de Gerardo Rojas

'A piñón fijo'

'A piñón fijo'

Usamos la expresión "a piñón fijo" cuando alguien mantiene una idea o posicionamiento con obstinación y no se aparta de ella por muchos factores externos que lo presionen. Nada más apropiado que la interpretación positiva de este símil de origen ciclista para recordar la figura de Gerardo Rojas Pacheco, de cuya triste desaparición se cumplen siete años el 26 de septiembre.

La idea fija de Gerardo era resaltar la importancia de la industria química como motor de la economía y elemento imprescindible de desarrollo social. Hubiera defendido este argumento en cualquier parte, pero le tocó hacerlo precisamente en Huelva, donde durante más de 30 años ejerció una brillante carrera profesional.

Gerardo capitaneó la nave del sector en un momento de gran dificultadLa Junta de Andalucía le otorgó la distinción al mérito laboral a título póstumo en 2011

Salmantino de nacimiento, estudió Ciencias Químicas en la Universidad de Granada. Pronto recaló en el Polo Industrial onubense, donde desplegó su buen hacer tanto en el desempeño de funciones técnicas como directivas. Llegó a ser consejero delegado de Hunstman Tioxide, la compañía que elabora en Palos de la Frontera pigmentos de bióxido de titanio y otros productos, que recientemente ha cambiado su denominación tras la fusión de Hunstman y Clariant el pasado mes de mayo. Pero su faceta más conocida, por la visibilidad y repercusión pública, es la vinculada a la asociación que agrupa a las principales empresas industriales de Huelva, hoy denominada Aiqbe. Ahí fue donde tuve la fortuna de coincidir con él y establecer una relación, inicialmente de trabajo, que pronto tornó en amistad porque su carácter invitaba a dar ese paso con facilidad.

En una primera etapa (1986-1990), Gerardo fue gerente de la Asociación. Más tarde ocupó la presidencia en tres ocasiones. Entre 1997 y 1999 lo hizo en representación de Tioxide, compañía que abandonó en 2005. A partir de julio de 2006, fue contratado como presidente por el periodo de dos años establecido en los estatutos de la organización. En 2008 la Junta Directiva lo ratificó por unanimidad en el cargo para un nuevo mandato que no pudo completar a causa del atropello en el que perdió la vida junto a José Luis Márquez, cuando disfrutaban de una de sus muchas jornadas de ciclismo.

Gerardo capitaneó la nave del sector en un momento de gran dificultad. El final del caso Endesa, la convulsa situación entorno a los fosfoyesos y la consiguiente amenaza sobre el futuro de Fertiberia y Foret, el episodio de Nilefos, la continua renovación de la legislación medioambiental, la elaboración del reglamento Reach, el complejo equilibrio con la FOE y otros factores, a los que se unió el fuerte impacto de la crisis económica en forma de detracción del consumo, descenso de la producción y recortes de personal en las empresas, pusieron en aprietos la propia existencia de la asociación. Sin embargo el balance de su gestión fue muy positivo. No solo supo lidiar con estos inconvenientes a base de diálogo, tenacidad y sentido común, tres de sus principales fortalezas, sino que llevó al colectivo a una elevada notoriedad e influencia en la sociedad onubense, en las diferentes capas de las administraciones y en otros importantes grupos de opinión.

Si tuviese que destacar algo en la etapa de Gerardo Rojas al frente de la AIQB me quedaría con el esfuerzo de acercamiento a la ciudadanía. Sostenía la necesidad de hacer pedagogía social sobre los valores de la industria y sus beneficios, y lo materializó con su implicación personal en tareas de difusión y con iniciativas de gran repercusión, como la reedición actualizada de la campaña informativa sobre los usos finales de los productos que se elaboran en las plantas del Polo, que años antes propició Juan Manuel Díaz Cabrera, o la intensificación de la relación entre las empresas industriales y la Universidad.

Le hubiese encantado asistir a la inauguración de la ampliación de la Refinería La Rábida de Cepsa, que presidió el rey Juan Carlos un mes después de su muerte. Este evento suponía la culminación de la mayor inversión industrial de la historia de Andalucía, pero sobre todo aportaba esperanza en el futuro en un escenario tan complicado para el sector en Huelva. Tampoco pudo participar en el alumbramiento de la nueva Aiqbe que se concretó en 2012, pero la idea de incorporar la E para adaptar la asociación a la cada vez mayor presencia de producción energética en sus diferentes manifestaciones -incluyendo el avance de ENCE hacia la biomasa- se fraguó en su mandato.

De la faceta privada de Gerardo es de sobra conocida su pasión por la bicicleta, de la que tanto gozó individual y colectivamente con sus compañeros de la peña ciclista El Molino. Otra afición menos conocida pero que sentía con igual ímpetu era la guitarra. Siempre presumió de haber acompañado al toque a importantes figuras del cante flamenco. Sabía disfrutar de la vida y hacer que la disfrutasen quienes lo rodeaban. Una conversación amena en torno a una buena mesa le gustaba casi tanto como dar pedales. Recuerdo divertidas anécdotas acerca de las dos "listas" que elaboraba con esmero y actualizaba permanentemente. Una, de buenos vinos, poco tenía que envidiar en detalles e información a las apps (aplicaciones) que se han hecho populares en los últimos años. La otra, antológica, de disparates y frases vacías de contenido que escuchaba en boca de personalidades de todos los ámbitos. Tuve el privilegio de que me otorgase la confianza suficiente para compartir conmigo el ranking de este peculiar seguimiento.

La huella de Gerardo Rojas estará presente por mucho tiempo en Huelva y fuera de ella en los que aman la industria y la química en particular y creo no excederme si añado a todos los que lo conocimos. La Junta de Andalucía le otorgó la distinción al mérito laboral a título póstumo en 2011, uno de los premios anuales de la FOE, el asociado a Innovación y Calidad, lleva su nombre, también Huelva Información honra su memoria con un foro de debate y la Universidad de Huelva denominó en su recuerdo los premios a la Innovación Docente, para proyectos de intercambio entre directivos y profesores. Son algunas muestras de reconocimiento y respeto por alguien irrepetible. Concluyo este texto como lo empecé, con un símil ciclista. Podemos decir que el mecanismo tractor de la industria de Huelva en las últimas décadas consta, como el de las bicicletas, de tres piezas. Las empresas del sector y sus trabajadores son los dientes del plato; la Aiqbe es la cadena, el elemento transmisor… y Gerardo Rojas el piñón fijo.

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