Tremendamente austero y protocolario pero con toques de inteligente y buen humor. Éstas fueron las notas características de un acto que se auguraba mucho más aburrido gracias, en gran medida, a la actitud del verdadero protagonista del matutino ceremonial, el doctor Víctor Márquez Reviriego quien, a partir de las dos de la tarde de ayer, se alza ya como uno más de los venerables Doctor Honoris Causa de la Universidad de Huelva, un merecido nombramiento sobre todo por sentir su profesión como su propia vida. Escritor y periodista, nació en el andevaleño municipio de Villanueva de los Castillejos hace ya 72 años. Víctor Márquez Reviriego fue jefe de redacción del semanario Triunfo, subdirector de Cambio 16, fundador de Tiempo y colaboración en radio, televisión, revistas y periódicos como El País, La Vanguardia, Diario 16, ABC, El Mundo, Tribuna o Tiempo de Historia. En fin, uno de los mejores y más comprometidos narradores de la historia contemporánea de nuestro tiempo. Atesora en su haber reconocimientos como el Premio Nacional de Periodismo o la Medalla de la Ciudad de Huelva.

El salón de actos de la Facultad de Derecho de la Onubense lució mejor que nunca para recibir al claustro de profesores de la UHU que precedió a la comitiva de vicerrectores mientras los amigos, compañeros del ilustre onubense y personalidades de Huelva se acomodaban en sus asientos reservados al ritmo de la solemne melodía que emanaba de la parte superior del anfiteatro universitario donde se ubicó el coro.

Sentados el claustro, las autoridades y los vicerrectores, acomodados todos, el rector de la UHU, Francisco José Martínez, más serio que nunca pero con el rostro afable, pronunció las palabras que iniciaron la ceremonia y con las que invitó al orgulloso padrino, el profesor Luis Gómez Canseco, a que recogiera a su apadrinado, el ya Doctor Honoris Causa Víctor Márquez Reviriego quien hizo su entrada en el salón bajo la mirada emocionada de sus familiares y amigos y la orgullosa de sus compañeros y de las autoridades.

Muchos fueron los elogios que impregnaron el ambiente de admiración. Primero fue su padrino, Luis Gómez Canseco quien, antes del acto de investidura del Doctor, lo emocionó y abrumó con buen gusto y buen humor. Lo definió como "un maestro en la palabra y en la vida" y como un profesional que "ha ejercido su magisterio como periodista y como hombre con maneras educadas, con hondo sentido de la justicia y la moral política y con un finísimo sentido del humor".

Tras estas emotivas palabras, el padrino descendió de la tarima para volver a subir en compañía del ilustre onubense. El recién estrenado Honoris Causa recibió con pleitesía y semblante serio el diploma, la medalla como símbolo del corazón del magisterio, el birrete laureado como corona de sus méritos, el libro de la ciencia y de la salud, el anillo como muestra de sus privilegios y los guantes blancos que representan la pureza de sus decisiones y acciones.

Un par de sentidos abrazos en el centro de la tarima presidencial dieron paso al discurso del protagonista, con el que este ilustre onubense arrancó risas a los presentes y mantuvo su atención durante más de cuarenta y cinco minutos de tan magistral parlamento.

El rector fue el encargado de clausurar el acto con un discurso correcto y sin muchos ornamentos con el que transmitió de forma clara a los presentes el orgullo que significa para la Universidad de Huelva contar con un maestro de las letras como Víctor Márquez Reviriego. Tuteándolo, le ruborizó con continuos halagos. "Nos sentimos muy honrados porque es un ejemplo de vida y de trayectoria profesional. Una persona que ha creado luz con sus crónicas, las cuales deberían ser estudiadas por todos los profesionales. Hoy eres profeta en tu pueblo bajo las banderas del compromiso, la verdad y la excelencia que han marcado tu trayectoria".