Salvo las tradicionales dificultades de reconducción del tendido eléctrico, de los saneamientos y asegurar un firme nuevo, las obras de peatonalización de la avenida Italia, frente a las instalaciones del mercado del Carmen, no parecían revestir especiales complicaciones cuando se acometieron. Según dijeron en su momento los responsables municipales "eran reclamadas por los detallistas desde que se abrieran sus instalaciones en el año 2010". El pasado 1 de junio, Huelva Información se hacía eco de unas declaraciones desde el Consistorio onubense que aseguraban que las obras iban "a buen ritmo" y que deberían estar completamente finalizadas "el próximo mes de junio". El pasado 21 de agosto, los mismos responsables municipales garantizaban que las mismas estarían a disposición de los ciudadanos "a finales de agosto" y que no sería hasta finales de septiembre cuando se podrían disfrutar de los "trabajos de jardinería". Ninguna de estas tres fechas ha sido cumplida.

Los apenas cien metros que forman la fachada del mercado del Carmen son un constante sortear de vallas y alcorques vacíos debidamente protegidos, eso sí. Junto a ellos, un pequeño escalón que, inevitablemente, provoca más de una pérdida de equilibrio entre quienes entran o salen de la plaza de abastos. Junto a ellos, unos bancos constituyen el único mobiliario urbano además de unos enormes maceteros que constituyen inútiles intentos por imaginar lo que contendrán en un futuro, esperamos que próximo. Las labores de jardinería siguen esperando su turno; donde tendría que haber árboles, hoy apenas subsisten agujeros cada vez menos profundos, toda vez que se utilizan como papeleras improvisadas.

Las labores de limpieza son igual de incómodas. A media mañana, las barredoras del Ayuntamiento tardan más en entrar y salir que en efectuar su trabajo. El devenir de la gente, en las horas punta vuelve a poner en circulación la capacidad para el eslalon entre los viandantes. El calor, la falta de lluvias tampoco ayuda; más aún desde que comenzaron los trabajos, cada vez que se producen precipitaciones, por poca que sea, la zona se inunda.

Desde que en enero comenzaran los trabajos, se han cumplido más que sobradamente los seis meses que tenían de plazo para concluirlas. Los "desvíos que no estaban previstos" parecen haberse solucionado, ya que hace semanas que no hay nadie trabajando en las obras de acondicionamiento del lugar; las conducciones de agua y las conexiones de los semáforos parecen haber solventado los inconvenientes que se esgrimieron.

En los trabajos -todavía no finalizados- se han gastado 315.000 euros para adecentar una superficie de 4.300 metros cuadrados de los que 2.200 estarán pavimentados de granito gris de diferentes formatos y espesores. Lo que por ahora permanece vacío son los siete alcorques y cuatro grandes maceteros que, de cumplirse las previsiones municipales, deben contener "palmeras y árboles de gran porte, siguiendo de forma lineal el flanco del mercado y continuando con la imagen de la plaza 12 de octubre"; en el lado de los edificios se presume del diseño "novedoso de las jardineras" que, al menos por el momento, se encuentran envueltas con los mismos plásticos que cuando fueron instaladas hace mese, los mismos que comerciantes, vecinos y quienes transitan por las inmediaciones del mercado central claman por ver el final de un proyecto que todavía tiene agujeros por llenar.

Imagen de un obrero que realizaba los últimos trabajos en la zona hace dos meses.

La imagen es de esta misma semana desde casi el mismo lugar a finales de la semana pasada.