Huelva

Unos padres reclaman al SAS más de 155.000 euros por la muerte de su hija

  • Una de las mellizas fallece al día siguiente de nacer

  • El juicio comienza mañana en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo

Edificio de la Audiencia Provincial de Huelva.

Edificio de la Audiencia Provincial de Huelva. / alberto domínguez

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Huelva acoge mañana un juicio contra el Servicio Andaluz de Salud (SAS), a raíz de una denuncia formulada por una familia tras la muerte en octubre de 2011 de una de sus hijas mellizas recién nacidas en el hospital Infanta Elena y el tratamiento inadecuado hacia la otra que sobrevivió. Por estos hechos, reclaman al SAS 155.626,78 euros de indemnización.

Durante la sesión judicial se practicarán las pruebas testificales y periciales. Según reza en la denuncia, a la que ha tenido acceso Europa Press, las niñas nacieron, vía cesárea programada, el 13 de octubre de 2011, cuando tuvieron que proporcionar a su madre anestesia general tras cinco intentos de inyectar la epidural sin éxito.

En la sesión judicial se practicarán las pruebas testificales y periciales

Las niñas fueron pesadas y medidas y recostadas en una cuna con un foco porque, según le explicó el matrono, "habían cogido frío durante el parto". Poco después la madre se despertó y, tras preguntarle al facultativo, éste le dijo que las dos "estaban perfectamente y que no necesitaban incubadora".

Cuando los padres las vieron no detectaron "nada extraño" pero se las llevaron al nido al tener "el azúcar y la temperatura un poco baja". De hecho, una vez en la habitación, sobre las 20:00, llegaron cada una en una cuna, una con un foco y la otra con una bolsa de agua caliente porque, según les explicaron, "no tenían más focos disponibles". Además, según reza en la denuncia, "por un defecto en la bolsa, ésta se abrió y se mojó la niña que luego fallecería", una circunstancia de la que se dio cuenta la abuela cuando fue a cogerla para intentar darle el biberón.

La cambiaron, le dio el biberón y avisaron a la enfermera de lo sucedido, momento en el que las pusieron juntas en la misma cuna para aprovechar el mismo foco. En ese rato, aseguran que "la enfermera, que había acompañado al padre al nido, pasó por allí y, estando la niña, que posteriormente fallecería, sobre la madre cuando la habían cambiado de ropa, dijo que le había oído un quejido raro y que no le había gustado", momento en el que "la cogió en brazos, la observó y, finalmente, dijo que no era nada, que estaba normal". Una media hora más tarde, le fue quitado el foco al considerar que "ya estaba bien" pero los familiares empezaron a notar que las niñas tenían los pies y las manos azuladas, pero las enfermeras, "sin acercarse a verlas, les dijeron que era normal porque habían cogido frío".

Durante la madrugada, la abuela avisó al personal médico al menos tres veces y "fue ignorada" hasta las 7:00 cuando una enfermera colocó a las niñas cerca de la ventana para que les diera el sol. En ese momento les dieron el biberón y se llevaron a la que posteriormente moriría para bañarla, dejando a la otra en la habitación hasta que terminara de comer, pero de pronto "llegó una enfermera muy acelerada y se la llevó inmediatamente".

Al rato llegó a la habitación un pediatra que les informó de que la niña, la que fallecería al poco tiempo, "estaba muy mal, que había entrado en parada y que la había bajado a reanimación, que sería muy difícil sacarla adelante y que, de sobrevivir, quedaría como un vegetal", de hecho falleció a los pocos minutos, así como que la otra "también estaba muy mal, aunque no tan grave como su hermana" y que se la llevarían a la UCI de neonatos del hospital Juan Ramón Jiménez. El padre propuso si no era mejor trasladarla a Sevilla pero el médico le dijo que "no aguantaría el viaje" y finalmente fue llevada al Juan Ramón Jiménez, donde ingresó en la UCI, con una enfermera 24 horas pendiente de ella.

Según el primer parte médico, tenía "un problema de corazón no congénito, no operable y sin tratamiento, como que una membrana no estuviera bien formada". Luego esta parte ha sabido que se trataba de algo bastante común en bebés prematuros. En el alta de la otra niña figura que su hermana murió de muerte súbita, sin embargo la autopsia indica que "lo que tenía la niña es una inmadurez generalizada, incidiendo mucho en la membrana hialina, una especie de inmadurez pulmonar".

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